Exigen cadena perpetua para secuestrador de su niña de 11 años en Ate

Una niña de 11 años fue rescatada tras ser raptada con engaños en San Juan de Lurigancho. El captor, detenido en una cúster de Ate, contactó a la menor mediante un videojuego en línea.

por Edgar Mandujano

La desaparición de una niña de 11 años en San Juan de Lurigancho encendió las alarmas en la capital. La menor, que había sido contactada por un adulto a través de un videojuego en línea, fue hallada con vida horas después en el distrito de Ate, durante un operativo de la Policía Nacional del Perú (PNP).

El presunto raptor fue identificado como Jonathan Félix Laynes Moncada, de 39 años, quien intentaba huir hacia la zona de Santa Clara a bordo de una cúster. La rápida intervención policial fue posible gracias a la denuncia oportuna de un pasajero, que reconoció al sujeto y alertó a las autoridades.

Este caso no solo generó conmoción por el riesgo al que estuvo expuesta la menor, sino también por el modus operandi: el uso de plataformas digitales para establecer contacto con víctimas en edad escolar.


¿Cómo se logró el rescate?

La alerta se dio cuando un ciudadano, al interior del vehículo, notó la presencia de la niña con un hombre cuya actitud levantó sospechas. El pasajero informó de inmediato a la Policía, lo que permitió que patrulleros ubicaran la cúster e interceptaran al sospechoso en plena vía pública.

Según relató el padre de la menor, su hija se encontraba nerviosa y en shock al momento del rescate. A pesar de la rápida acción, las secuelas emocionales son evidentes. El presunto secuestrador fue reducido por los agentes y trasladado a la dependencia policial, donde se iniciaron las diligencias correspondientes.

Este desenlace refuerza la importancia de la participación ciudadana en la seguridad pública, pues una alerta a tiempo puede salvar vidas.


“Cadena perpetua para los depravados”

Tras el reencuentro con su hija, el padre de la víctima expresó entre lágrimas su alivio y, al mismo tiempo, su indignación. Frente a los medios, lanzó un pedido contundente:

“Cadena perpetua. A todas esas personas que se les mete en la cabeza abusar de las menores de edad, que les caiga toda la ley encima. Cadena perpetua para todos ellos. Los niños no se merecen esto”, declaró.

El testimonio del padre refleja la indignación generalizada de miles de familias peruanas que temen que delitos de esta naturaleza se repitan sin que exista un castigo ejemplar. La presión social apunta a que la justicia actúe con celeridad y firmeza.


¿Estamos protegiendo lo suficiente a los menores en internet?

La tragedia evitada abre una pregunta crucial: ¿qué tan seguros están los niños en el entorno digital? El captor utilizó un videojuego en línea como vía de acceso a la menor, una práctica que viene siendo alertada por especialistas en seguridad informática.

El padre de la niña aprovechó la ocasión para enviar un mensaje a otros padres: “Hay que poner un poquito más de nuestra parte y estar al tanto de lo que hacen nuestros hijos en las redes sociales”.

Los videojuegos, chats y redes sociales pueden convertirse en puertas de entrada para adultos con intenciones delictivas. Supervisar el uso de estas plataformas es una tarea cada vez más urgente para las familias.


Reacciones y debate público

El caso de Ate ha reabierto el debate sobre la necesidad de endurecer las penas contra secuestradores y abusadores de menores. En el Perú, la condena por secuestro agravado puede llegar hasta la cadena perpetua, pero las familias exigen que estas sanciones no queden en el papel y que los procesos judiciales avancen sin dilaciones.

La opinión pública ha mostrado un fuerte rechazo al accionar del detenido y ha respaldado el pedido del padre, reclamando mayor protección estatal para los niños frente a delitos que combinan el mundo físico con el digital.


¿Qué medidas se deben reforzar?

La captura de Laynes Moncada evidencia dos frentes urgentes:

  • Prevención digital: campañas educativas para padres e hijos sobre los riesgos de interactuar con desconocidos en plataformas virtuales.
  • Reacción ciudadana: fomentar la denuncia inmediata de situaciones sospechosas, como ocurrió en este caso.
  • Firmeza judicial: garantizar sanciones ejemplares para evitar que criminales reincidan y envíen un mensaje de impunidad.

La pregunta que queda abierta es si la justicia actuará con rapidez y si este hecho servirá para reforzar las políticas de protección infantil en un país donde los casos de violencia contra menores son cada vez más frecuentes.


Un llamado a la vigilancia colectiva

El rescate de la niña en Ate es un recordatorio de que la seguridad no depende únicamente de la Policía, sino también de la vigilancia activa de la comunidad. La intervención de un pasajero anónimo permitió que la PNP reaccionara a tiempo, evitando un desenlace trágico.

La historia concluye con una menor devuelta a su familia, pero también con la advertencia de que las amenazas digitales son reales y que cada padre, madre y ciudadano debe estar alerta.

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