Ante la llegada del verano y la presión estética que se amplifica en redes sociales, EsSalud lanzó una advertencia contundente contra las llamadas “dietas milagro” que prometen perder hasta 10 kilos en una semana. Batidos détox, retos de solo agua, regímenes basados exclusivamente en manzana, apio o líquidos están circulando con fuerza en TikTok, Instagram y YouTube, y están llevando a que cada vez más adolescentes y jóvenes lleguen a los consultorios con cuadros de deshidratación, daño metabólico y problemas de salud mental.
El nutricionista de EsSalud, Jonathan Yupanqui, explica que estas modas no solo carecen de sustento científico, sino que engañan a quienes buscan bajar de peso de manera acelerada. “Lo que pierden no es grasa, sino agua y masa muscular. Es un efecto engañoso que pone en riesgo todo el organismo”, precisa.
En esta nota respondemos ¿qué tan peligrosas son estas dietas?, ¿por qué causan daño renal y trastornos alimentarios? y ¿qué recomienda EsSalud para una pérdida de peso segura?
Dietas extremas, daños reales: el impacto de las modas virales
Según EsSalud, cada semana llegan a los consultorios pacientes que siguieron regímenes que circulan en redes sin ningún tipo de supervisión médica. Estas rutinas van desde consumir únicamente líquidos hasta batidos de apio, manzana y agua por siete días, promoviendo un falso “détox”.
Yupanqui detalla que muchos llegan a ingerir más de siete litros de líquidos diarios, un exceso que genera una peligrosa sobrecarga renal. La publicidad digital promete “acelerar el metabolismo”, pero la realidad es otra: el cuerpo entra en un estado de alerta, descompensa su funcionamiento y pierde músculo en lugar de grasa.
Estas modas generan:
- Deshidratación severa
- Alteraciones metabólicas
- Pérdida de masa muscular
- Daño renal progresivo
- Deterioro hepático
- Trastornos del comportamiento alimentario
Cuando la pregunta es “¿por qué estas dietas son tan peligrosas?”, la respuesta es clara: el organismo está diseñado para funcionar con un balance adecuado de nutrientes. Si ese equilibrio se rompe, la salud se resiente a corto y largo plazo.
El impacto psicológico: otra cara del riesgo
El Minsa advierte que los efectos de estas dietas no solo se limitan al cuerpo. La presión estética que domina las redes impulsa comparaciones irreales y puede desembocar en trastornos alimentarios, especialmente en adolescentes.
“Muchos jóvenes empiezan con una dieta extrema y terminan desarrollando conductas obsesivas con el peso, como inducir el vómito o usar laxantes”, subraya Yupanqui. A esto se suma que los cambios corporales abruptos generan frustración cuando el peso vuelve rápidamente por el efecto rebote, una consecuencia casi inevitable de estos regímenes.
La pregunta clave aquí es: ¿cómo afectan estas modas a la salud mental?
La respuesta: fomentan una relación dañina con la comida, distorsión de la imagen corporal y una búsqueda compulsiva de resultados rápidos.
Efecto rebote y daños a largo plazo: lo que no muestran las redes
El especialista explica que la llamada “pérdida rápida de peso” es en realidad una reducción de agua y músculo, pero no de grasa corporal, la cual solo disminuye con actividad física constante y una alimentación equilibrada.
Cuando la persona vuelve a comer con normalidad, el cuerpo recupera lo perdido e incluso más, generando el conocido efecto rebote. Este ciclo repetitivo puede causar un deterioro progresivo de la salud, alteraciones de glucosa, retención de líquidos, inflamación y fatiga crónica.
Entonces, ¿funcionan realmente estas dietas?
La respuesta es un rotundo no: solo ofrecen un resultado inmediato engañoso y un costo elevado para la salud física y mental.
La recomendación oficial: equilibrio, no extremos
Ante el avance de estas tendencias, EsSalud insiste en la importancia de una pérdida de peso segura, progresiva y sostenible, basada en:
- Alimentación balanceada
- Actividad física regular
- Correcta hidratación
- Reducción del consumo de azúcar
- Evitar alcohol
- Acompañamiento nutricional profesional
Yupanqui concluye: “Las redes prometen resultados inmediatos, pero la salud no se construye en una semana. Bajar de peso es un proceso que debe ser responsable y supervisado”.
Frente a la pregunta “¿cómo bajar de peso sin poner en riesgo la salud?”, la respuesta siempre será la misma: con orientación profesional y hábitos sostenibles.