Cada 2 de septiembre se celebra en el Perú el Día del Neurólogo, una fecha que busca reconocer la labor de los especialistas encargados de diagnosticar, prevenir y tratar enfermedades que afectan el sistema nervioso, considerado uno de los ejes vitales para la salud y la calidad de vida. Sin embargo, la realidad peruana enfrenta retos importantes: hay pocos neurólogos, las consultas están centralizadas en Lima y la demanda de atención sigue en aumento.
El sistema nervioso —que abarca el cerebro, la médula espinal, los nervios periféricos y los músculos— regula funciones esenciales como el movimiento, la memoria, el lenguaje y el pensamiento. No obstante, muchas enfermedades neurológicas pasan desapercibidas hasta que generan cuadros complejos. Según el Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas (INCN), en el Perú la epilepsia encabeza las consultas, seguida por los accidentes cerebrovasculares, los tumores cerebrales, la enfermedad de Parkinson y las demencias.
¿Qué enfermedades atiende un neurólogo?
El doctor Carlos Alberto Escalante Gavancho, especialista en neurología y neuropediatría del INCN, explica que el neurólogo se ocupa de “diagnosticar las enfermedades que provienen del sistema nervioso central y periférico, además de estudiar las dolencias musculares o neuromusculares”.
En países como el Perú, las estadísticas difieren de los registros internacionales. Mientras en Europa y Estados Unidos predominan las enfermedades neurodegenerativas, aquí los casos más comunes están vinculados a factores endémicos. “La epilepsia es la principal causa de consulta, y muchas veces es consecuencia de cisticercosis o neurotuberculosis, dos enfermedades todavía presentes en el país”, detalla Escalante.
A esto se suman otras patologías:
- Accidentes cerebrovasculares (ACV)
- Tumores cerebrales
- Enfermedad de Parkinson
- Demencias y Alzheimer
Con el aumento de la esperanza de vida, los casos de Alzheimer y otras demencias crecerán en los próximos años, lo que representa un desafío para el sistema de salud peruano.
El reto de la prevención y los hábitos saludables
Las enfermedades neurológicas afectan cada vez más a personas adultas mayores, quienes presentan factores de riesgo como hipertensión, diabetes, sedentarismo y limitaciones de movilidad. Por ello, los neurólogos insisten en la prevención como herramienta clave para reducir los impactos.
Según Escalante, mantener un estilo de vida saludable es esencial para proteger el sistema nervioso:
- Controlar enfermedades crónicas como la hipertensión, diabetes y obesidad.
- Evitar el consumo de alcohol, tabaco y alimentos ultraprocesados.
- Seguir una alimentación balanceada.
- Realizar actividad física regular.
- Estimular el cerebro con lectura, juegos de memoria y entrenamiento cognitivo.
- Mantener una vida social activa para evitar el aislamiento.
“El bienestar neurológico no depende solo de los medicamentos o tratamientos. Los hábitos diarios son determinantes para enfrentar los cambios que llegan con la edad”, remarca el especialista.
Falta de neurólogos en el Perú: un desafío urgente
Uno de los principales problemas que enfrenta el país es la escasez de neurólogos y la centralización de la atención. Según el INCN, la mayoría de especialistas se concentran en Lima, mientras que regiones como Cusco, Arequipa, Trujillo y la selva peruana tienen acceso limitado.
Esto obliga a que muchos pacientes esperen semanas o incluso meses para conseguir una consulta. “Es necesario reforzar los sistemas de telesalud y capacitar a médicos en regiones, además de formar más neurólogos que puedan cubrir la creciente demanda”, advierte Escalante.
Actualmente, universidades como la UNMSM, Cayetano Heredia, Federico Villarreal, San Martín de Porres, Ricardo Palma, UNSAAC y UNSA ofrecen la especialidad. Sin embargo, el número de egresados sigue siendo insuficiente frente a las necesidades reales del país.
Formarse como neurólogo: una carrera de largo aliento
Convertirse en neurólogo requiere una preparación extensa. Primero, se deben cursar siete años de Medicina Humana, luego cumplir con el Servicio Rural y Urbano Marginal en Salud (Serums) y, finalmente, ingresar a una residencia médica en neurología que dura tres años.
Los médicos que optan por una subespecialidad —como la neuropediatría— deben estudiar dos años adicionales. En promedio, el camino puede tomar entre 12 y 14 años de formación.
“Más allá de los años de estudio, la neurología exige vocación de servicio. Pasamos la mitad de nuestras vidas en hospitales, atendiendo casos complejos que requieren compromiso total”, reflexiona Escalante.