A medida que se intensifican las labores de descolmatación en las cuencas y quebradas de Lima, el ministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento, Durich Whittembury, destacó los avances en la intervención de la quebrada de Santo Domingo, ubicada en el distrito de Chosica. Según el titular del sector, los trabajos alcanzan un 50 % de ejecución, lo que genera expectativas positivas para mitigar los riesgos de inundación en la zona. “En los próximos 10 días, comenzarán los trabajos en la quebrada Pedregal, también en Chosica”, agregó Whittembury, haciendo hincapié en la importancia de las acciones preventivas en áreas vulnerables a los desastres naturales.
En paralelo, el ministro también se refirió a los avances de los trabajos en los ríos Chillón y Rímac, cruciales para la seguridad hídrica de la capital. Se ejecutan intervenciones en 21 frentes del río Chillón y en 34 puntos críticos del río Rímac, con la meta de culminar los trabajos en ambos cuerpos de agua a más tardar en febrero. Sin embargo, las tareas en estas áreas siguen siendo una prioridad, dado que la amenaza de desbordes y huaycos continúa latente, especialmente en temporadas de lluvias intensas.
Pero la acción del Ministerio de Vivienda no se limita a Lima. Whittembury también informó sobre las ayudas humanitarias enviadas a Sicuani, en la provincia de Canchis (Cusco), tras los daños causados por heladas y granizadas. A través de un esfuerzo conjunto con el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego, se entregaron recursos a los afectados, lo que refleja una voluntad de atender las emergencias fuera de la capital.
En un giro más, el ministro reveló que, para cerrar la brecha en el acceso a infraestructura adecuada en las zonas altoandinas, su sector solicitará un crédito presupuestario adicional al Ministerio de Economía y Finanzas. La medida busca financiar la construcción de “casitas calientes” y cobertizos para mejorar la calidad de vida de las familias en las regiones más frías del país. “Estamos hablando de entre 60 y 100 millones de soles para asegurar una mayor cobertura de estas viviendas”, precisó Whittembury.
A pesar de los avances en la infraestructura, queda claro que la ejecución de los proyectos en cuencas, quebradas y zonas rurales no está exenta de retos. La pregunta que persiste es si estos esfuerzos serán suficientes para evitar futuras tragedias en un contexto de cambio climático y creciente vulnerabilidad.