Cusco honró este lunes 7 de abril a Fernando Túpac Amaru, último hijo del líder indígena Túpac Amaru II, en una emotiva ceremonia por la repatriación simbólica de sus restos, 227 años después de su muerte en España. El alcalde Luis Pantoja encabezó la procesión, que contó con autoridades locales y delegaciones de las 13 provincias de Cusco, culminando con un pasacalle en la Plaza Mayor para recordar el sacrificio de sus padres.
Pantoja resaltó la trágica vida de Fernando, quien murió indigente en España a los 30 años y fue enterrado sin honores. El alcalde recordó que, sepultado como indigente, su cementerio fue destruido en la Guerra Civil. Esta repatriación simbólica es un acto de justicia histórica y un homenaje a los pueblos originarios y a la lucha por la independencia americana.
El féretro que contenía los restos simbólicos fue colocado sobre una bandera peruana, custodiado por agentes de la Policía Nacional. La urna estaba decorada con motivos que evocaban las construcciones incas, simbolizando la conexión profunda con la identidad ancestral del Perú. Este homenaje es un acto de reivindicación no solo para Túpac Amaru, sino para todas las generaciones que lucharon por la independencia y la libertad.
La ceremonia también fue un recordatorio de los trágicos hechos de mayo de 1781, cuando Fernando Túpac Amaru presenció la ejecución de sus padres y fue condenado a prisión. A pesar de su juventud, su vida estuvo marcada por el sufrimiento, pero hoy, más de dos siglos después, Cusco lo recibe con el respeto que nunca tuvo en vida, honrando su legado y el de su familia en la lucha por la justicia.