Condenan a cuatro personas por intentar ingresar drogas al penal de Piura

Fiscalía obtiene sentencia ejemplar contra red de internos y visitantes que buscaban introducir cocaína y marihuana en el exRío Seco.

por Edgar Mandujano

La Fiscalía Especializada en Delitos de Tráfico Ilícito de Drogas de Piura logró una sentencia clave contra cuatro personas que intentaron favorecer el tráfico de drogas dentro del penal exRío Seco. Dos mujeres visitantes y dos internos recibieron penas que van desde los 12 hasta los 16 años de prisión, en un caso que revela cómo el narcotráfico busca infiltrarse en los establecimientos penitenciarios del país.

El hecho ocurrió durante visitas al penal, cuando las acusadas Yosslyn Távara y Giannella Neira intentaron ingresar sustancias ilícitas escondidas en sus pertenencias. El cargamento incluía pasta básica de cocaína, marihuana y clorhidrato de cocaína, que tenían como destino a los internos Julio Viera y Raúl Mendoza, sus familiares y parejas sentimentales respectivamente.


¿Qué ocurrió en el penal de Piura?

El Ministerio Público detalló que durante un operativo de control en las visitas al establecimiento penitenciario, Yosslyn Távara fue sorprendida con 100 gramos de pasta básica de cocaína, 53 gramos de marihuana y 30 gramos de clorhidrato de cocaína ocultos en sus pertenencias. La droga estaba destinada a su hermano Julio Viera, quien cumple condena en el penal.

En un caso paralelo, Giannella Neira intentó introducir 30 cápsulas con marihuana, que en total pesaban 158 gramos, para entregarlas a su pareja, el interno Raúl Mendoza. Ambos intentos fueron frustrados gracias a la intervención de agentes del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) y de la Policía Nacional.

La Fiscalía sustentó que se trataba de un modus operandi recurrente en el que visitantes eran utilizados como correos humanos para abastecer a los reclusos.


Las condenas impuestas por la justicia

Tras un juicio oral en el que se presentaron actas policiales, informes penitenciarios, pruebas de incautación y testimonios de agentes, la justicia dictó sentencias ejemplares:

  • Julio Viera y Raúl Mendoza, internos del penal, recibieron 16 años, cinco meses y cuatro días de prisión efectiva por el delito de tráfico agravado de drogas en centro penitenciario.
  • Yosslyn Távara y Giannella Neira, visitantes, fueron condenadas a 12 años de cárcel cada una.

Además, el fallo incluye el pago de reparación civil: Távara y Viera deberán abonar S/ 2,500 al Estado, mientras que Neira y Mendoza pagarán S/ 3,000.


¿Por qué este caso es relevante?

Este proceso judicial marca un precedente en la lucha contra el narcotráfico dentro de los penales. La Fiscalía de Piura destacó que el ingreso de drogas a los centros penitenciarios no solo pone en riesgo la seguridad interna, sino que fortalece las economías ilícitas que operan desde las cárceles, muchas veces bajo el control de mafias organizadas.

El fiscal adjunto provincial Jhon Miller Cherrepano Consuelo demostró la responsabilidad penal de los acusados con un conjunto sólido de pruebas. La sentencia, dijo, busca enviar un mensaje disuasivo a quienes intenten burlar la seguridad penitenciaria para introducir sustancias ilegales.

Los residentes de Piura y las familias de internos han mostrado preocupación en reiteradas ocasiones por la facilidad con la que estas redes intentan operar, lo que ha llevado a reforzar los controles de ingreso en el penal exRío Seco.


¿Se está frenando el narcotráfico en las cárceles peruanas?

El caso abre el debate sobre la capacidad del sistema penitenciario para controlar la entrada de drogas y otros objetos prohibidos. Si bien la intervención de la Fiscalía y el INPE fue exitosa en esta ocasión, especialistas en seguridad advierten que los penales peruanos siguen siendo un terreno fértil para el crimen organizado, donde las economías ilegales se reproducen y financian extorsiones, sicariato y microcomercialización.

La condena contra los cuatro implicados en el penal de Piura representa un golpe a la impunidad del narcotráfico en cárceles, pero también pone sobre la mesa la urgencia de reforzar los sistemas de control, inteligencia y prevención en los penales. El tráfico de drogas desde las prisiones sigue siendo un desafío que compromete la seguridad pública y la credibilidad de las instituciones.

El caso de Piura no es aislado: se suma a una larga lista de intentos por mantener vivos los circuitos ilegales detrás de las rejas. La sentencia ejemplar marca un precedente, pero también evidencia la necesidad de una estrategia integral para cortar las redes criminales que operan desde el interior del sistema penitenciario peruano.

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