La Cámara Nacional de Turismo (Canatur) advirtió que los recientes anuncios del Ministerio de Cultura sobre la venta de entradas presenciales a Machu Picchu representan un avance, pero no resuelven los problemas de fondo. Su gerente general, Carlos Loayza, afirmó que se necesita una reforma integral y moderna que garantice la sostenibilidad del sitio, una experiencia turística de calidad y beneficios concretos para la población local.
El Ministerio anunció tres medidas: la eliminación del ticket previo, el incremento de una a cinco ventanillas de atención y la visualización en tiempo real del stock disponible. Aunque Canatur considera positivas estas acciones, las califica como soluciones temporales frente a un sistema obsoleto. Según Loayza, esta modalidad fue implementada tras la pandemia y no responde al volumen actual de turistas, que podría superar los 1.6 millones este año.
El gremio también cuestiona la insistencia en un sistema presencial que provoca largas colas, malestar y hasta situaciones de coacción hacia el turista. Denunció que hay problemas con pagos digitales, recargos injustificados y una oferta local limitada. Además, señaló la falta de control real del aforo: aunque oficialmente se permite el ingreso de hasta 5,600 personas por día en temporada alta, el número real es menor debido a entradas no utilizadas, sin opción de reventa inmediata.
Finalmente, Canatur propuso medidas como la implementación de brazaletes inteligentes, mejoras en los circuitos de visita y diversificación de actividades turísticas en Machu Picchu Pueblo, como observación de aves y experiencias culturales. También expresó su preocupación por el impacto de los bloqueos en el sur del país, que ya han provocado cancelaciones y afectan la imagen internacional del Perú. “El turismo depende de la percepción. Si no hay orden ni confianza, el daño es inmediato”, concluyó Loayza.