Un ataque inesperado que terminó en tragedia
Una tarde que parecía rutinaria en San Juan de Lurigancho terminó convirtiéndose en una tragedia irreparable. Un bebé de 11 meses murió tras ser atacado por dos perros pitbull en una vivienda ubicada en Mz. E1, lote 18, Comité 09 – San Hilarión Alto, sector La Bombonera. El incidente ocurrió alrededor de las 5:00 p.m. del lunes 8 de diciembre, cuando el menor dormía en su cuna en el segundo piso del inmueble.
De acuerdo con el reporte del Serenazgo y las primeras diligencias, los animales —propiedad de la suegra de la madre del bebé, identificada como Patricia Luna Aparicio, de 52 años— habrían ingresado a la habitación sin supervisión y atacado al niño de manera violenta. Su padre, José Aldair Castillo Huilca (28), relató a la Policía que encontró al menor gravemente herido y lo trasladó de inmediato al centro de salud, donde lamentablemente falleció en el camino debido a la gravedad de las lesiones.
El hecho ha conmocionado al distrito más poblado del país, donde vecinos y autoridades expresaron su consternación ante un ataque que ocurrió dentro del propio hogar del menor, en un espacio que debería ser el más seguro.
Intervención policial y detención de la propietaria de los perros
Ante la gravedad del caso, representantes del Ministerio Público, personal de Criminalística de la PNP y agentes de la Depincri II llegaron hasta la vivienda para realizar las primeras investigaciones. Al tratarse de un presunto delito, la Policía asumió la conducción del caso y procedió a detener a Patricia Luna Aparicio, propietaria de los animales involucrados.
La brigada canina de la PNP brindó asistencia especializada para asegurar a los perros y trasladarlos hacia la comisaría o al destino que dispongan las autoridades. Este protocolo busca evitar riesgos adicionales y garantizar el manejo adecuado de los animales en el marco de la investigación.
Entre las preguntas clave que ahora guían las diligencias figuran: ¿Cómo ingresaron los perros al cuarto? ¿Había antecedentes de agresividad? ¿Existió negligencia en el manejo de los animales? Las respuestas serán determinantes para establecer responsabilidades penales.
Otros casos que reavivan el debate sobre la tenencia de pitbulls
El ataque en San Juan de Lurigancho se suma a una serie de casos registrados este año que han encendido un intenso debate sobre la tenencia responsable de perros de razas consideradas potencialmente peligrosas, como los pitbulls.
En Santa Anita, una mujer fue atacada mientras hacía ejercicios en un parque por un pitbull que se encontraba suelto, sin bozal ni correa. Sufrió heridas profundas en piernas, brazos y cabeza, quedando con secuelas que afectan su movilidad.
Otro caso estremeció a la provincia de Cañete, donde Fernando Luyo Peña fue atacado por tres pitbulls cuando se dirigía a su trabajo. Las lesiones fueron tan severas que perdió ambos brazos y permaneció en coma durante un mes. Su recuperación ha sido larga y extremadamente dolorosa.
En San Juan de Miraflores, una mujer de 72 años, María Magdalena Benito Osenjo, murió tras ser atacada por su propio pitbull dentro de su vivienda. Su hija resultó también gravemente herida al intentar defenderla.
Estos episodios han reabierto una discusión urgente: ¿Son los pitbulls inherentemente peligrosos, o es la falta de control y adecuadas condiciones las que desencadenan estos ataques? Expertos en comportamiento animal insisten en que la combinación de crianza negligente, falta de entrenamiento, ausencia de medidas de seguridad y espacios inadecuados puede convertir a cualquier animal en un riesgo.
¿Qué medidas deberían reforzarse para evitar más tragedias?
Las autoridades municipales y policiales han reiterado la importancia de cumplir estrictamente las normas de tenencia responsable, que incluyen mantener a los animales bajo supervisión permanente, uso de correa y bozal en espacios públicos, registro de razas potencialmente peligrosas y condiciones adecuadas dentro de los hogares.
En el caso de SJL, vecinos señalaron que los perros eran conocidos en la zona, pero no se habían reportado incidentes previos. Sin embargo, la presencia de pitbulls en viviendas pequeñas y sin las medidas de seguridad necesarias incrementa el riesgo de episodios como el ocurrido.
Mientras las investigaciones continúan, la familia del menor enfrenta una pérdida irreparable que ha dejado un profundo vacío y ha despertado nuevas exigencias hacia las autoridades para fortalecer los controles y la fiscalización de animales peligrosos en entornos urbanos.