El clima de violencia en el transporte público de Lima se ha intensificado tras el asesinato a balazos de José Alarcón Díaz, un conductor de combi de 46 años, en el cruce de los jirones Camaná y Huánuco, en el distrito de San Martín de Porres (SMP). Este trágico suceso ocurrió en plena luz del día, dejando a los pasajeros en estado de shock.
Según testigos, dos sicarios a bordo de una motocicleta interceptaron la unidad de transporte y, sin mediar palabra, abrieron fuego contra Alarcón. A pesar de que la combi estaba llena de pasajeros, los delincuentes no dudaron en realizar múltiples disparos, lo que resalta la audacia y desprecio por la vida humana que caracteriza a estos ataques.
La víctima, herida de muerte, perdió el control de la combi, lo que provocó que la unidad se estrellara contra un poste de alumbrado público.

Agentes de la Policía Nacional llegaron rápidamente al lugar y acordonaron la escena del crimen. En las inmediaciones, los peritos encontraron hasta 12 casquillos de bala, lo que indica la gravedad del ataque. La Policía está investigando el caso y recopilando testimonios para dar con los responsables.
Lo preocupante es que los asesinos dejaron una nota amenazante en la escena, dirigida a la empresa de transportes. Esto sugiere que el asesinato podría estar relacionado con extorsiones y cobros de cupos, un problema recurrente que afecta a los transportistas en la capital.
La combi atacada pertenece a la ‘Línea B’, que cubre la ruta SMP-Plaza Unión, y sufre de la presión de bandas criminales que operan en la zona.
Este nuevo ataque subraya la creciente preocupación por la seguridad en el transporte público en Lima, donde los conductores siguen siendo blanco de extorsionadores. La comunidad clama por medidas efectivas que garanticen la seguridad de los trabajadores del transporte y sus pasajeros. La situación exige una respuesta contundente de las autoridades para frenar la ola de violencia que azota a este sector.