En medio del estado de emergencia que rige en Lima y Callao, la violencia no da tregua. Un joven alférez de la Policía Nacional del Perú (PNP), Jhordy Stainer Escobedo Mori, fue asesinado durante la madrugada del jueves en el distrito de Carabayllo, tras ser interceptado por sicarios cuando se encontraba dentro de su vehículo junto a su pareja.
El ataque ocurrió en plena avenida Alfredo Palacios, donde los agresores dispararon al menos cuatro veces a quemarropa contra el agente de 23 años. La joven que lo acompañaba logró salvar su vida tras ser obligada a descender del vehículo segundos antes de los disparos.
“Ella salió a pedir ayuda tras la irrupción de los atacantes. Esa acción evitó que también fuera alcanzada por los disparos”, señalaron fuentes policiales.
El general Manuel Vidarte, jefe de la Región Policial Lima, descartó que el crimen esté relacionado con un robo o acto de extorsión, ya que el alférez no había recibido amenazas y no se sustrajo ninguna de sus pertenencias.
“No se trata de un robo ni de actos extorsivos. No le han robado nada, ni su celular, ni su arma”, precisó Vidarte a Panamericana Televisión.
En la escena del crimen, los peritos hallaron el vehículo con el motor encendido y las pertenencias del agente intactas: su placa, chaleco antibalas, teléfono móvil y documentos personales permanecían dentro. El arma de reglamento fue encontrada fuera del automóvil, a un costado del asiento del copiloto.
Dos años de servicio y vocación policial
Escobedo Mori tenía dos años en servicio activo y laboraba en la comisaría de Carabayllo, donde era reconocido por su disciplina y compromiso. Sus compañeros expresaron su consternación ante el asesinato, calificándolo como un “joven dedicado a la labor policial”.
La Dirincri y la Divincri Lima Norte asumieron la investigación. Según las primeras hipótesis, se trataría de un ataque directo y planificado, debido a la precisión con que actuaron los sicarios.
La pareja del alférez, considerada pieza clave en la investigación, se encuentra bajo resguardo policial y en estado de salud estable, aunque aún afectada emocionalmente por el ataque.