La Comisión de Transportes y Comunicaciones del Congreso encendió las alarmas. Durante su décima tercera sesión ordinaria, y tras escuchar los informes presentados por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), Lima Airport Partners (LAP) y otras entidades, se aprobó por mayoría la creación de una comisión investigadora que revise el proceso de ejecución del nuevo terminal del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez.
Los parlamentarios, liderados por la congresista Marleny Portero (AP), cuestionaron no solo la ausencia de un plan integral para operar simultáneamente el antiguo y nuevo terminal, sino también una serie de deficiencias técnicas en accesos, señalización y sistemas internos. Pero fue el estado de la pista de aterrizaje lo que detonó la preocupación: deformaciones, hundimientos y fallas estructurales que podrían comprometer la seguridad del aeropuerto más importante del país.
El congresista Carlos Zeballos Madariaga (BD) fue contundente: “¿Qué ha hecho OSITRAN para prevenir estas fallas? Esto debió anticiparse. No podemos permitir que el país quede mal ante el mundo por un servicio tan deficiente”, exclamó, exigiendo un informe técnico inmediato del organismo supervisor.
En medio de un ambiente cargado por las dudas y la frustración, se exigieron respuestas al viceministro de Transportes y se apuntó a la necesidad de identificar responsables entre supervisores, diseñadores y ejecutores del proyecto.
Guido Bellido Ugarte (PP) también intervino, planteando que la futura comisión no solo investigue las fallas, sino que evalúe el cumplimiento contractual y, de ser necesario, determine responsabilidades penales y civiles de funcionarios involucrados desde el inicio de la obra.
La moción fue aprobada con 13 votos a favor y 2 abstenciones. La comisión investigadora revisará todo el proceso, desde la firma inicial del contrato, en busca de irregularidades, omisiones o negligencias que expliquen cómo uno de los proyectos más emblemáticos del país terminó rodeado de polémica e incertidumbre.