La noche del domingo 31 de agosto, la tranquilidad del pasaje Igualdad, en el distrito limeño de Ate, se rompió con el estruendo de al menos siete disparos. Luis Manuel Alcocer Mattos, un estudiante de 18 años que había llegado desde Huaral en busca de un mejor futuro, fue asesinado por un sujeto aún no identificado.
El ataque ocurrió alrededor de las 10:00 p.m., cuando el joven se desplazaba por la zona y fue interceptado por un hombre armado que disparó sin mediar palabra. Pese a los intentos de su hermano mayor y vecinos por auxiliarlo, Luis Manuel falleció en cuestión de minutos. La violencia se ensaña, una vez más, con los jóvenes que sueñan con progresar en la capital.
Un ataque directo y sin explicación
De acuerdo con los testimonios recogidos por América Noticias, el asesino actuó con precisión y huyó inmediatamente después de descargar siete balas contra la víctima. Vecinos aseguran que Luis Manuel era un muchacho tranquilo, dedicado a sus estudios, y que no tenía problemas con nadie.
“Él no se metía con nadie, era un chico bueno. No entendemos por qué le hicieron esto”, declaró una vecina visiblemente afectada.
La Policía Nacional del Perú (PNP) maneja varias hipótesis: un ajuste de cuentas relacionado con extorsiones, un posible asalto fallido o incluso un error de identidad. Sin embargo, por ahora, el móvil del crimen sigue siendo un misterio.
Vecinos denuncian abandono y viven bajo amenaza
El pasaje Igualdad es una vía estrecha y oscura de Ate, un distrito que en los últimos años ha visto crecer los índices de criminalidad. Los residentes aseguran que los robos, las extorsiones y los ataques armados son cada vez más frecuentes.
“Vivimos con miedo, todos los días escuchamos disparos o asaltos. Hemos pedido más presencia policial, pero nadie nos escucha”, afirmó otro vecino indignado.
Tras el asesinato, los pobladores exigen operativos urgentes y mayor vigilancia para detener el avance de la violencia. La sensación de abandono por parte de las autoridades ha calado hondo entre los vecinos, que temen que la zona se convierta en un territorio controlado por bandas criminales.
La ruta de la violencia en Lima Este
El crimen de Luis Manuel es solo uno más en la creciente lista de homicidios en Lima Este. Distritos como Ate, San Juan de Lurigancho y Santa Anita se han convertido en zonas críticas debido a la presencia de bandas dedicadas a la extorsión, el sicariato y el microtráfico.
Según cifras recientes del Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana, en lo que va del 2025, Lima Este concentra más del 22% de los asesinatos cometidos en la capital. Los ataques selectivos, muchas veces ejecutados por sicarios, se han vuelto un método recurrente para dirimir conflictos entre organizaciones delictivas.
La falta de estrategias integrales de seguridad y la escasa coordinación entre municipios y la PNP han facilitado que los criminales operen con total impunidad, incluso en espacios residenciales y zonas de recreación.
¿Quién protege a los jóvenes?
El asesinato de Luis Manuel Alcocer Mattos no solo deja un vacío en su familia y amigos, sino que también plantea preguntas urgentes sobre el futuro de los jóvenes en Lima.
El joven había dejado Huaral con el objetivo de formarse profesionalmente en la capital, pero su vida fue truncada en cuestión de segundos. Casos como el suyo reflejan la falta de oportunidades, la ausencia de protección estatal y la creciente exposición de la juventud a escenarios violentos.
¿Hasta cuándo las calles serán territorio de bandas armadas? ¿Qué medidas concretas tomarán las autoridades para evitar que estudiantes, trabajadores y familias sigan cayendo víctimas de la delincuencia?
Investigación en curso
Agentes de Homicidios de la PNP recogieron cápsulas de bala y revisan las cámaras de seguridad cercanas para identificar al autor del crimen. Asimismo, el fiscal de turno ordenó el levantamiento del cadáver y su traslado a la Morgue Central de Lima para las diligencias correspondientes.
Mientras tanto, la familia del joven estudiante exige justicia y clama por una investigación transparente y rápida que permita capturar al responsable.