MADRID 14 Ene. (EUROPA PRESS) –
El Ministerio de Exteriores de Venezuela ha anunciado una reducción del personal diplomático de Países Bajos, Francia e Italia en la capital, Caracas, en represalia por su “conducta hostil” y su “intromisión” en los “asuntos internos” del país latinoamericano.
El ministro de Exteriores, Yval Gil, ha ordenado este martes limitar a tres el número de diplomáticos acreditados en cada embajada, una medida “que deberá cumplirse en un plazo de 48 horas” y que se produce en represalia a “su apoyo a grupos extremistas”, en alusión a la oposición venezolana.
“Los diplomáticos deberán contar con autorización escrita de nuestra Cancillería para desplazarse más de 40 kilómetros desde la Plaza Bolívar de Caracas, garantizando el estricto cumplimiento de sus funciones”, ha agregado en un comunicado.
Gil también ha resaltado que Caracas “exige respeto a la soberanía y la autodeterminación” de Venezuela, que son “principios establecidos en la Carta de Naciones Unidas, especialmente ante aquellos subordinados a las directrices de Washington”.
Esto se produce después de que el ministro de Exteriores italiano, Antonio Tajani, afirmara tras la detención de la líder opositora María Corina Machado en vísperas de la toma de posesión del presidente Nicolás Maduro que no se podían tolerar “las acciones represivas e ilegítimas” de su Gobierno.
Por su parte, el titular de Exteriores de Países Bajos, Caspar Veldkamp, mostró su apoyo a Machado durante las manifestaciones en contra de la toma de posesión de Maduro. “El derecho a la reunión pacífica debe ser respetado”, indicó en redes sociales.
De igual forma, el presidente francés Emmanuel Macron expresó en una llamada con su homólogo brasileño, Inácio Lula da Silva, su apoyo al pueblo venezolano y pidió a Maduro que retome el diálogo con la oposición, mientras que también permita el “regreso de la democracia y la estabilidad al país”.
Maduro tomó posesión del cargo el pasado viernes en la sede de la Asamblea Nacional en Caracas iniciando un tercer mandato que arranca rodeado de polémica tras las elecciones del pasado 28 de julio, en las que la oposición denunció fraude en el recuento de votos y se atribuye la victoria.