El Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), es un símbolo de la guerra contra las pandillas de las maras fue inaugurado en febrero del presente año, por el presidente de El Salvador, Nayib Bukele.
Esta mega cárcel de seguridad cuenta con una capacidad para 40,000 presidiarios, con una infraestructura, dotada de alta tecnología para la vigilancia, está situada en el municipio de Tecoluca en el departamento de San Vicente, en la zona paracentral de El Salvador acaba de cumplir 6 meses de funcionamiento.
En la actualidad alberga más de 12 000 presuntos pandilleros capturados en diversos operativos como parte del régimen de excepción decretado por el Congreso, impuesto tras el asesinato de 87 personas entre el 25 y 27 de marzo de 2022.
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El CECOT tiene una extensión de 116 hectáreas de terreno, de las cuales 23 pertenecen a edificios de la prisión y cuenta con 19 torres de vigilancia.
Cuenta con pabellones de confinamiento de reos, reflectores de alta luminosidad, cámaras térmicas y cuatro anillos de seguridad que constan de muros perimetrales de concreto de 2.1 km de largo y cercas electrificadas con cargas de 15 000 voltios. Asimismo, mantiene vigilancia permanente mediante cámaras térmicas.
Además, posee un edificio destinado para los agentes penitenciarios, un almacén de armas, oficinas administrativas, planta de tratamiento de aguas residuales y plantas de respaldo eléctrico. El reclusorio se diseñó con talleres y fábricas para que los reclusos laborasen en ellas.
Por su parte, el ministro de Obras Públicas, Romeo Rodríguez, aseguró al presidente salvadoreño que esta cárcel considerada como la más grande de toda América, «sería imposible que salga un reo» del recinto.
Organismos humanitarios han cuestionado el trato que reciben los presuntos pandilleros en este recinto. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) denunció que entre las decenas de miles de detenidos hay al menos 1,600 menores de edad.
La mayoría de los presos están acusados de pertenecer a las violentas Mara Salvatrucha y Barrio 18, nacidas en calles de la ciudad estadounidense de Los Ángeles a principios de la década de 1980.
