MADRID, 18 Ago. (EUROPA PRESS) –
Los candidatos que aspiran a la Presidencia de Ecuador en las elecciones del próximo domingo han pronunciado este jueves sus últimos discursos entre estrictas medidas de seguridad, después de que la violencia haya marcado en gran medida una campaña en la que uno de los presidenciales, Fernando Villavicencio, murió abatido al término de un mitin en Quito.
De hecho, el acto final de uno de los candidatos, Daniel Noboa, representante de la alianza ADN, se ha visto sacudido por un tiroteo en la localidad de Durán, en Guayas. El incidente se produjo con la caravana ya iniciada y Noboa ha sugerido en redes sociales que se trataba de un ataque dirigido contra él y su equipo, hipótesis desmentida posteriormente desde la Policía y el Gobierno.
La presencia policial ha sido una constante en todos los actos e incluso varios candidatos han lanzado sus últimos mensajes con chalecos antibalas, como el líder indígena Yaku Pérez, o el periodista Christian Zurita, que sustituyó a Villavicencio como aspirante del Movimiento Construye. Zurita, de hecho, ha pronunciado su primer y último discurso como presidenciable oficial, ya que el Consejo Nacional Electoral (CNE) no dio luz verde a su candidatura hasta el miércoles.
La favorita en las encuestas, Luisa González, del movimiento Revolución Ciudadana –vinculado al expresdiente Rafael Correa–, ha concluido su campaña en Guayaquil prometiendo una “mano dura” contra la delincuencia y una “mano solidaria” con la población, según el diario ‘Primicias’.
Guayaquil también fue el lugar elegido por el empresario Jan Topic para cerrar campaña, mientras que el exvicepresidente Otto Sonnenholzner, que aspira a pasar al menos a la segunda vuelta, ha incidido desde Machala en la importancia de que el próximo presidente trabaje para combatir la inseguridad en un Ecuador marcado por la escalada de la violencia.
El domingo, los ecuatorianos elegirán en unas elecciones anticipadas a la persona que sustituirá a Guillermo Lasso, que no se presenta a la reelección, con la incertidumbre de saber hasta qué punto el asesinato de Villavicencio marcará el resultado final. El Código de la Democracia ecuatoriano ha impedido la difusión de encuestas desde el 10 de agosto, un día después del crimen.