La Premio Nobel de la Paz Narges Mohammadi es trasladada a un hospital de Irán para una prueba de corazón

La familia de Mohammadi había indicado previamente que las autoridades iraníes habían impedido el traslado de la activista a un hospital para que recibiera atención médica debido a su negativa a ponerse el velo, obligatorio según las leyes del país centroasiático.

(EUROPA PRESS) – La destacada activista iraní Narges Mohammadi, galardonada este año con el Premio Nobel de la Paz y encarcelada en Irán, ha sido trasladada este jueves a un hospital para realizarse una angiografía, según ha indicado su familia, que no se ha pronunciado sobre cuánto tiempo podría permanecer ingresada.

«Narges Mohammadi ha sido trasladada esta mañana a un hospital para una angiografía. Finalmente, las autoridades de prisión le han permitido salir de la cárcel para continuar su tratamiento médico», ha dicho la familia de la activista a través de su cuenta en la red social Instagram.

Así, han incidido en que «como los especialistas habían señalado previamente, la angiografía era esencial y urgente», antes de detallar que las pruebas permitieron apreciar que tenía una «acumulación de líquido alrededor del corazón» y «una inflación». «Tras una semana, la Fiscalía ha dado finalmente su aprobación y ha sido ingresada esta mañana», ha zanjado.

La familia de Mohammadi había indicado previamente que las autoridades iraníes habían impedido el traslado de la activista a un hospital para que recibiera atención médica debido a su negativa a ponerse el velo, obligatorio según las leyes del país centroasiático.

Mohammadi, de 51 años, se ha pasado la mayor parte de los últimos 20 años de su vida en prisión y ha sido condenada hasta en cinco ocasiones hasta acumular una pena total de 31 años de cárcel. A lo largo de toda su vida de activismo, ha fundado asociaciones por los derechos de las mujeres y escrito libros y artículos para denunciar especialmente los abusos de los que son objeto, en particular en las cárceles del país.

Por su labor periodística, fue galardonada en mayo de este año con el Premio Mundial a la Libertad de Prensa de Naciones Unidas, junto a sus colegas iraníes Niloofar Hamedi y Elaheh Mohammadi. Su última sentencia en contra le añadió diez años y ocho meses de prisión, así como 154 latigazos, por la comisión de «delitos relacionados con la seguridad nacional y propaganda contra el Estado» en lo que organismos humanitarios internacionales denuncian como una condena relacionada por su activismo.

Mohammadi se encuentra ahora mismo entre rejas, concretamente en la prisión de Evin, en Teherán, cumpliendo la parte de condena que le corresponde por la publicación del libro ‘Tortura Blanca’, sobre la situación de los presos bajo confinamiento, acompañado de un informe publicado en diciembre de 2022 sobre la situación específica de las presas y los abusos a los que se ven expuestas por parte del personal de las penitenciarías.