MADRID 27 Jun. (EUROPA PRESS) –
El tribunal de Jerusalén que dirime el caso por corrupción contra el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se ha negado a aplazar dos semanas el juicio contra el mandatario al considerar insuficientes sus explicaciones para pedir el aplazamiento, según él por motivos de seguridad nacional dada la guerra de Gaza y el reciente conflicto con Irán.
La jueza Rivka Friedman-Feldman ha atendido la petición de la Fiscalía para que mantenga las fechas previstas al considerar que “el primer ministro no ha presentado una explicación detallada ni razón alguna que pueda justificar la cancelación de su asistencia”, según el comunicado recogido por el canal N12.
Netanyahu está siendo juzgado por tres casos de corrupción, acusado de soborno, fraude y abuso de confianza. En un primer caso, Netanyahu y su esposa, Sara, están acusados de aceptar artículos de lujo, como puros, joyas y champán, por valor de unos 250.000 euros, procedentes de multimillonarios, a cambio de favores políticos. En otros dos casos, Netanyahu está acusado de intentar negociar una cobertura más favorable en dos medios de comunicación israelíes.
El primer ministro niega haber cometido cualquier delito y afirma que todos los cargos fueron inventados en un golpe político liderado por la Policía y la Fiscalía. El proceso, bajo constantes retrasos desde su apertura en mayo de 2020 se antoja largo y no habrá veredicto como mínimo hasta el año que viene.
En los últimos días, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aliado y amigo del primer ministro, ha pedido a voz en grito la suspensión de los procedimientos por entender que se tratan de una caza de brujas. Sus críticos, como el líder opositor y exprimer ministro, Yair Lapid, indican que estas peticiones de aplazamiento, habituales desde el estallido de la guerra de Gaza, no son más que evasivas.
“Me parece a mí que la presión que ejerce Trump sobre el caso”, dijo Lapid esta semana al diario ‘Yedioth Aharonoth’, “es una forma de recompensar a Netanyahu si pone fin al conflicto”.
El portavoz de la coalición del Gobierno israelí, Ofir Katz, ha criticado la decisión y asegurado que “la enorme brecha y la magnitud de la desconexión entre la realidad histórica israelí y el sistema legal de ese mismo país es una de las mayores de nuestra historia”.