MADRID 19 Jun. (EUROPA PRESS) –
El Ejército de Israel ha afirmado este jueves que las fuerzas iraníes han hecho uso de bombas de racimo en el marco de los ataques perpetrados a lo largo de la jornada contra varios puntos del centro y el sur del país, donde se han registrado más de una treintena de heridos.
Uno de los misiles lanzados por Irán contaba con una ojiva que se ha dividido a una altitud de unos 7 kilómetros, lo que ha facilitado la caída de una veintena de municiones de menor envergadura en un radio de unos 8 kilómetros. Estas municiones carecían de propulsión, por lo que han caído sobre el territorio de forma aleatoria, tal y como señalan las Fuerzas Armadas israelíes.
Esta ha sido parte de la munición que golpeado una vivienda de la localidad de Azor, dejando daños equivalentes a los que podría haber provocado un pequeño misil. Un alto cargo del Ejército ha lamentado que esto supone una “amenaza”, si bien las explosiones registradas no son de gran tamaño.
En este sentido, las autoridades han pedido a la población evitar acercarse a cualquier zona de impacto una vez se hayan perpetrado los bombardeos, así como alejarse de posibles restos de artefactos que podrían explotar a posteriori, según informaciones recogidas por el diario ‘The Times of Israel’.
El último ataque de Irán sobre territorio israelí ha causado daños en Tel Aviv, Ramat Gan y Holon, en el centro de Israel, y en Beerseba, al sur del país, donde un proyectil ha impactado directamente sobre el hospital Soroka. En total, se estima que Irán ha lanzado una veintena de misiles balísticos a lo largo de la mañana, lo que ha propiciado cuatro impactos directos.