Las hermanas arequipeñas María del Pilar y María del Perpetuo Socorro Llerena Vargas han demostrado con su ejemplo que mantienen vivo el núcleo común de las tres religiones monoteístas: judaísmo, cristianismo e islam, donde “amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
Ambas se encuentran como misioneras en la Parroquia Sagrada Familia en la ciudad de Gaza, la única iglesia católica en ese territorio palestino donde, y desde el horroroso ataque de Hamas a Israel el 7 de octubre, no existen adjetivos para clasificar la situación humanitaria de los gazatíes. Todo lo esencial que requiere un ser humano es escaso y todo es cada vez peor.
Como ciudadanas peruanas residen en la Franja de Gaza desde hace unos años, tanto la embajada de Perú en Israel como el consulado peruano en Egipto las tenía en la lista para ser repatriadas. Y a pesar de que se les informó que todo estaba listo en la frontera para que salgan en el momento que quisieran, ellas decidieron quedarse porque “realmente no podemos movernos”. La razón humanitaria es que había, en ese entonces, unos 700 feligreses que se encontraban en la parroquia, entre niños, ancianos, personas en sillas de ruedas que no tienen forma de escapar del horror de la guerra.
Hace menos de un mes, la iglesia Ortodoxa, continua a la Parroquia Sagrada Familia, fue atacada por francotiradores y el resultado fue de dos mujeres muertas. La comunicación con las hermanas Llerena Vargas es prácticamente nula, pero, a través de la congregación a la cual pertenecen en Arequipa, Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará, que a su vez es parte del Instituto del Verbo Encarnado, se informó que las hermanas arequipeñas estaban a salvo y que mantenían su posición de mantenerse en la zona, poniendo en práctica su vocación de fe.