Desde Roma, el Colegio Cardenalicio, reunido en las Congregaciones Generales previas al Cónclave, ha emitido una declaración invitando a todos los fieles a vivir este momento como una oportunidad de gracia y escucha espiritual. Los cardenales destacan que este tiempo debe ser asumido con apertura a la voluntad de Dios, en espíritu de discernimiento y comunión.
Conscientes de la responsabilidad que implica la elección de un nuevo Papa, los cardenales reconocen la necesidad de ser sostenidos por la oración del Pueblo de Dios. Señalan que esta oración es la verdadera fuerza que mantiene unida a la Iglesia como un solo cuerpo en Cristo, tal como lo recuerda San Pablo en la Primera Carta a los Corintios.
En el contexto de los desafíos actuales, los purpurados subrayan la urgencia de actuar como instrumentos humildes de la sabiduría divina, guiados por el Espíritu Santo. Reafirman que el Espíritu es el protagonista de la vida eclesial y que su voz debe ser escuchada y acogida con fidelidad en este proceso decisivo para la Iglesia.
Finalmente, la declaración concluye invocando la protección de la Virgen María, pidiendo que su intercesión maternal acompañe la oración común del Pueblo de Dios y asista espiritualmente a los cardenales durante el camino hacia el nuevo pontificado.