MADRID, 23 Feb. (OTR/PRESS) –
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado este viernes una batería de “más de 500 sanciones” contra Rusia por el segundo aniversario de la invasión sobre Ucrania y la reciente muerte del opositor Alexei Navalni, en este último caso para castigar a personas vinculadas con su encarcelamiento.
Biden ha recordado a Navalni como “un valiente activista contra la corrupción y uno de los más encarnizados opositores a (Vladimir) Putin”, a quien el mandatario norteamericano ya había responsabilizado directamente por la muerte de uno de los grandes símbolos de la disidencia al Kremlin, fallecido hace una semana en una cárcel del Ártico.
Washington señala a tres individuos directamente vinculados al encarcelamiento de Navalni, pero también amplía el abanico al sector financiero, a la industria de Defensa, a las redes de suministro y a personas o entidades de terceros países que puedan estar ayudando a Rusia a eludir las sanciones.
Entre las tres figuras señaladas por Washington por la muerte de Navalni destaca el subdirector del Sistema Penitenciario de Rusia, Valeri Boyarinev. El Departamento de Estado le acusa de dar instrucciones al personal de la prisión para que aplicara “un trato más severo a Alexei Navalni mientras estuviera detenido”.
Apenas unas horas después de conocerse la noticia del fallecimiento del destacado disidente ruso, Boyarinev fue ascendido al rango de coronel general gracias a un decreto presidencial firmado por Putin.
Junto a Boyarinev, Estados Unidos ha sancionado a Igor Rakitin, jefe general del sistema penitenciario para la región de Yamalo-Nenets; y a Vadim Kalinin, quien ejerce como director general de la colonia penal IK-3, donde falleció Navalni.
El Departamento del Tesoro norteamericano ha señalado también a 26 empresas e individuos de once países por favorecer la evasión de las sanciones, dentro de un paquete de medidas que se extienden sólo en este Ministerio a casi 300 personas y entidades y que incluyen a nueve bancos –entre ellos Avangard Joint Stock Bank y el Rosfinance–, el fabricante de automóviles Aurus o la constructoria Pik.
Asimismo, Estados Unidos restringirá las exportaciones de cien empresas que ayudan “por la puerta de atrás” a la “maquinaria de guerra” rusa, en palabras del presidente, cuya Adminsitración ya había adelantado que anunciaría una nueva batería de medidas este viernes.
Biden aspira a que “Putin pague un precio aún mayor por su agresión en el extranjero y por la represión a nivel nacional”. Teme que, si el mandatario ruso no rinde cuentas por la “muerte” y la “destrucción” que ha provocado en estos últimos dos años pueda verse animado a emprender acciones similares en el futuro.
AYUDA DE EEUU
Biden ha vuelto a reclamar al Congreso que apruebe un paquete de ayuda a Ucrania, ya que aunque las fuerzas ucranianas siguen combatiendo “con tremendo coraje” a las tropas invasoras, “se están quedando sin munición”. El Senado ya dio luz verde a esta ayuda, bloqueada ahora en la Cámara de Representantes, donde los republicanos son mayoría.
En este sentido, ha llamado a completar el proceso parlamentario “antes de que sea demasiado tarde”, para dar fondos “urgentes” a Kiev. “La historia está observando. No olvidará el hecho de no apoyar a Ucrania en este momento crítico”, ha advertido el inquilino de la Casa Blanca.
Biden ha subrayado que sacar adelante al texto mejora la seguridad también de Estados Unidos y, en cambio, rechazarlo puede acabar beneficiando a Putin: “Es momento de demostrar que Estados Unidos se alza por la libertad y no se doblega ante nadie”.
El mandatario norteamericano ha aprovechado además para destacar que, aunque Putin pudo pensarse que podría cumplir “fácilmente” sus objetivos en Ucrania ante una comunidad internacional impasible, “la OTAN es más fuerte, más grande, y está más unida que nunca” y medio centenar de países se han unido en una coalición global para apoyar a Kiev.