VRAEM. En el límite entre los distritos de Río Tambo, región Junín, y Pichari, región Cusco, se encuentra Catungo Quimpiri, una comunidad asháninka que enfrenta el narcotráfico, la tala ilegal y la invasión de tierras.
Ubicada en una de las zonas más críticas del Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), la comunidad y sus líderes llevan más de cuatro años luchando por la protección legal de su territorio a través de la georreferenciación, un proceso clave para su reconocimiento.
Sobre la georreferenciación
La georreferenciación es un proceso técnico y legal que permite delimitar y proteger territorios de comunidades amenazadas. Consiste en actualizar los límites territoriales mediante coordenadas geográficas. Para Catungo Quimpiri y otras comunidades indígenas tituladas, este proceso es esencial para reafirmar su patrimonio.
Desde 2019, la comunidad trabaja para impulsar su georreferenciación. Sin embargo, diversos obstáculos retrasan este proceso. A principios de 2023, la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) se comprometió a financiar esta demanda, a través de la Dirección Regional de Agricultura de Junín (DRAJ).
Sin embargo, por ubicarse en una zona limítrofe, el Gobierno Regional de Cusco rechazó y paralizó el proceso. Actualmente es Cusco quien pretende liderar la georreferenciación de Catungo Quimpiri, a través de su Gerencia Regional de Agricultura.
Nuevos retrasos
Este 12 de abril, autoridades de Cusco y Junín se reunieron en Catungo Quimpiri, convocadas por la jefa de la comunidad, Clementina Shinquireri. La reunión tenía el objetivo de que Catungo Quimpiri y las comunidades colindantes de Tiñovancani, Gran Shinongari y Pitirinqueni, asumieran compromisos respecto a sus límites para poder iniciar la georreferenciación en campo.
Sin embargo, el proceso volvió a dilatarse, pues solo asistió la comunidad de Pitirinqueni. “Queremos que inicie ya la georreferenciación en campo. Lamentablemente, hemos convocado a todos nuestros colindantes, pero no han asistido. Esto denota su falta de interés”, expresó Shinquireri.
El presidente de la Central Asháninka de Río Ene (CARE), Ángel Pedro Valerio, organización indígena que los representa, destacó la postura de la comunidad.
“Catungo Quimpiri va a respetar su título de propiedad y el plano que está inscrito en registros públicos. No queremos abarcar, queremos respetar lo que dice nuestro plano. La posición de la organización CARE, lo digo aquí públicamente, Catungo Quimpiri no va a ceder ni un centímetro”, advirtió.
Un trabajo de sensibilización
Por su parte, Hernán Palacios, alcalde distrital de Pichari, expresó el compromiso de su institución. “Hemos firmado un convenio específico con la Gerencia Regional de Agricultura Cusco. Tenemos contratado por Pichari y la gerencia a profesionales que están esperando la información que va a salir de las comunidades nativas”, sostuvo.
Palacios exhortó a su equipo de georreferenciación incrementar el trabajo de sensibilización. “Si tienen que sentarse uno por uno a explicar, tienen que hacerlo, para que todos entiendan el proceso de georreferenciación y se logren firmar las actas de colindancia”, mencionó.
A pesar de los contratiempos, se acordó iniciar la georreferenciación de Catungo Quimpiri el próximo 29 de abril, enfocándose en los límites con la comunidad de Gran Shinongari.