La capital se prepara para un nuevo fin de semana marcado por la incertidumbre en el transporte urbano. Diversos gremios han convocado a un paro de 48 horas en Lima y Callao para este sábado 27 y domingo 28 de septiembre en protesta contra la ola de extorsiones, amenazas y asesinatos que azotan a conductores y empresarios. Sin embargo, la Asociación Nacional de Integración de Transportistas (Anitra), que agrupa a más de 20 mil vehículos, confirmó que no se sumará a la paralización, aunque advirtió que prepara sus propias acciones en octubre.
La división dentro del sector refleja la gravedad de la crisis y la falta de consenso sobre las medidas inmediatas para enfrentar la inseguridad que afecta a choferes y empresas de transporte público en Lima Metropolitana.
¿Quiénes sí acatarán el paro?
La Asociación Nacional de Conductores del Perú anunció que su directorio acordó un paro de 48 horas, a cumplirse este 27 y 28 de septiembre. Su presidente, Miguel Palomino, explicó que la medida busca llamar la atención del Estado ante la falta de resultados frente a los atentados contra choferes de las empresas Vipusa y Santa Catalina, recientemente atacadas por bandas criminales.
“No se trata de imponer obligaciones, sino de un llamado a la conciencia de todos los choferes. La mayoría trabaja día a día con el miedo de no regresar a sus hogares”, declaró Palomino.
De acuerdo con cifras preliminares del gremio, la adhesión ya supera el 30% de los conductores de las 499 empresas que operan en Lima. La protesta incluirá una concentración en la plaza San Martín el sábado 27 a las 16:00 horas, donde transportistas coincidirán con la marcha de colectivos sociales y la Generación Z, que protestan contra la designación de Tomás Gálvez como fiscal de la Nación interino.
Anitra marca distancia, pero no descarta protestas en octubre
En contraste, el presidente de Anitra, Martín Valeriano, dejó en claro que su gremio no se sumará a la medida de este fin de semana. “No vamos a participar en esta protesta de mañana y pasado, pero vamos a buscar qué articular para una próxima y eventual medida de fuerza, que probablemente sea muy pronto, en este mes de octubre”, señaló en diálogo con Infobae Perú.
Anitra representa a un promedio de 460 empresas de transporte y más de 20 mil unidades, por lo que su postura tiene un peso significativo en el sector. Valeriano explicó que la decisión busca no precipitarse en medio de una coyuntura crítica, aunque dejó abierta la puerta a una paralización más amplia si no se registran avances en la lucha contra la criminalidad.
“Muy pronto tendrán noticia”, advirtió, confirmando que la asociación permanece en alerta permanente ante la ola de violencia que golpea a conductores y cobradores en distintas zonas de Lima.
Extorsión y miedo en las calles
El trasfondo del paro está en la ola de extorsiones y asesinatos que ha puesto en jaque al transporte urbano. Conductores de buses y combis han denunciado el cobro de cupos por parte de bandas criminales, muchas de ellas ligadas a organizaciones internacionales.
En los últimos meses, varios choferes fueron atacados mientras cumplían sus rutas, lo que ha provocado pánico entre trabajadores y usuarios. Las víctimas más recientes fueron choferes de las empresas Vipusa y Santa Catalina, cuyos atentados desataron indignación en el sector.
“Es imposible trabajar con tranquilidad. Salimos todos los días sin saber si vamos a regresar. La policía no llega a tiempo y los delincuentes actúan con total impunidad”, relató uno de los transportistas afectados.
La situación ha llevado a que gremios reclamen acciones inmediatas del gobierno y la Policía Nacional, incluyendo mayores patrullajes, protección en rutas críticas y un plan integral contra las mafias que controlan el transporte informal.
Un sector fragmentado en medio de la crisis
La división entre los gremios refleja la fragmentación del sector transportista en Lima. Mientras algunos buscan presionar con medidas inmediatas como el paro, otros como Anitra optan por estrategias más escalonadas, esperando articular un frente más amplio en octubre.
El dilema enfrenta a miles de conductores que deben elegir entre paralizar sus actividades para exigir seguridad o seguir trabajando en medio del riesgo, conscientes de que un paro también implica pérdidas económicas para familias que dependen de los ingresos diarios.
El gobierno, por su parte, enfrenta la presión de mostrar resultados rápidos en la lucha contra la criminalidad. La ausencia de medidas contundentes podría empujar a que más gremios se unan en las próximas semanas a movilizaciones de mayor alcance.
¿Qué esperar este fin de semana?
Lima y Callao podrían vivir nuevamente un caos en la movilidad este 27 y 28 de septiembre, con rutas afectadas por la paralización y movilizaciones en el centro de la capital. Aunque la participación no será total, la adhesión de un número importante de conductores podría generar demoras y aglomeraciones en el transporte público.
El desenlace dependerá de la capacidad de las autoridades para garantizar seguridad y del nivel de organización de los gremios. Mientras tanto, la ciudadanía se mantiene expectante, atrapada entre el temor a la inseguridad y la incertidumbre de cómo trasladarse en medio de un paro parcial.