Monitoreo constante ante un posible cambio en el clima
El debate sobre un eventual regreso del Fenómeno El Niño en 2026 vuelve a ocupar la agenda científica y gubernamental del país. De acuerdo con las primeras proyecciones del Instituto del Mar del Perú (Imarpe), no se prevé la presencia del fenómeno al menos hasta abril del próximo año. Sin embargo, esta tranquilidad podría ser temporal: la Comisión Multisectorial Enfen presentará este 18 de noviembre un nuevo informe que actualizará el estado del mar y la atmósfera, y que podría marcar un giro en el panorama.
El Perú todavía tiene muy presente la experiencia de El Niño 2023–2024, considerado uno de los episodios más intensos de las últimas dos décadas. Lluvias extremas, olas de calor, activación de quebradas y daños a infraestructura dejaron un impacto que aún es parte de la gestión pública en regiones como Piura, Lambayeque y La Libertad.
¿Qué está evaluando Enfen en este momento?
Una de las preguntas clave es si existen señales que anticipen la llegada del fenómeno en la primera mitad del 2026. El presidente de Enfen, contralmirante Jorge Paz, explicó que se observan ciertas anomalías oceánicas que podrían retener masas de agua cálida frente a la costa peruana, un patrón que en el pasado ha detonado eventos de El Niño costero.
Aunque el Imarpe descarta su presencia hasta abril, advierte que las condiciones del Pacífico pueden cambiar rápidamente. Por ello, el monitoreo del Índice Costero El Niño (ICEN) y de la temperatura superficial del mar se realiza de manera mensual y, en periodos de riesgo, incluso con actualizaciones extraordinarias.
¿Cómo se encuentra el mar peruano hoy?
Actualmente, el mar registra condiciones normales, con una tendencia al enfriamiento prevista para los primeros meses del año. Según los modelos analizados por Enfen, este comportamiento podría mantenerse durante el primer trimestre del 2026; sin embargo, no descartan giros bruscos que alteren las corrientes, la nubosidad o la temperatura superficial.
El ministro del Ambiente, Miguel Espichán, señaló que todas las instituciones involucradas trabajan en conjunto para evaluar escenarios. En caso surja cualquier señal inicial de El Niño o La Niña, el anuncio será oficial y oportuno para activar los protocolos de respuesta.
¿Cuáles serían los impactos si El Niño regresa en 2026?
La magnitud de un eventual episodio depende de la intensidad y duración del calentamiento del océano. Históricamente, el Fenómeno El Niño ha generado en el país:
- Lluvias extremas en la costa norte.
- Olas de calor persistentes en la costa central.
- Sequías en la sierra sur.
- Alteraciones en la actividad pesquera, tanto negativas como positivas.
En ocasiones, el calentamiento trae beneficios temporales, como la aparición de nuevas especies marinas o la migración de cardúmenes. Sin embargo, cuando el evento es intenso, su impacto en infraestructura, agricultura y vivienda suele ser devastador. Las autoridades de gestión del riesgo ya evalúan medidas preventivas, aunque la confirmación de un evento fuerte podría implicar reorientar presupuestos para prevención.
¿Por qué se llama Fenómeno El Niño?
La denominación tiene su origen en observaciones de pescadores del norte peruano a fines del siglo XIX. Ellos notaron que alrededor de diciembre, mes de la Natividad, las aguas se calentaban más de lo habitual. Por esta coincidencia temporal lo llamaron “El Niño”.
Con el tiempo, los científicos comprendieron que se trataba de un complejo sistema de interacción oceánico-atmosférica, con capacidad de alterar patrones climáticos a escala global. Por ello, hoy se estudia como parte del sistema ENOS (El Niño–Oscilación Sur).
¿Desde cuándo se registran eventos de El Niño en el Perú?
La historia del fenómeno también está documentada en el registro arqueológico y cronológico del país. Evidencias en Caral, Chan Chan y otros sitios preincaicos muestran que sus impactos ocurrieron miles de años antes de la República. Durante la Colonia y la etapa republicana también hay testimonio de daños por lluvias y desbordes asociados.
En los últimos 150 años se han registrado nueve eventos intensos, entre ellos los de 1891, 1925, 1983, 1998 y 2017. Este último dejó un proceso de Reconstrucción con Cambios que aún continúa.
¿Quién monitorea el fenómeno y con qué herramientas?
El monitoreo en el Perú está a cargo de la Comisión Multisectorial Enfen, que incluye a instituciones como Imarpe, Senamhi, IGP, Marina de Guerra y diversas entidades del Estado. Su misión es emitir informes periódicos —mensuales o extraordinarios— sobre la evolución de las condiciones del Pacífico.
Una de las herramientas clave es el Índice Costero El Niño (ICEN). Si la temperatura superficial del mar en la región Niño 1+2 supera los +0,4°C por tres meses consecutivos, se declara oficialmente la presencia del fenómeno.
El sistema de alerta temprana, vigente desde 2015, permite advertir incluso patrones que no cumplen estrictamente el ICEN, pero que sugieren riesgos elevados.
¿El Niño costero es lo mismo que El Niño global?
No. El El Niño costero implica un calentamiento focalizado frente a Perú y Ecuador. En cambio, el El Niño global involucra cambios de temperatura en el Pacífico central, alteraciones del viento y variaciones de presión atmosférica a vasta escala.
Ambos pueden ocurrir juntos o de manera independiente. Por ello, un El Niño costero puede producir lluvias intensas en el norte peruano sin que el planeta esté atravesando un evento global ENOS.
Perspectiva final: ¿habrá El Niño en 2026?
Por ahora, la respuesta es cauta: no se prevé El Niño hasta abril, según el Imarpe. Sin embargo, el comportamiento del océano en marzo y abril será determinante para proyectar lo que ocurra entre mayo y agosto del 2026. La vigilancia se mantiene activa y el informe de Enfen del 18 de noviembre será clave para ajustar las previsiones.
Hasta entonces, el país continúa en una fase de observación y preparación, con el antecedente reciente de un evento fuerte que demostró la vulnerabilidad de varias regiones.