El alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, volvió a subir la presión sobre el Gobierno central. Durante un acto en Villa María del Triunfo, reiteró su propuesta de ceder el corredor ferroviario municipal al Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), con el fin de destrabar el proyecto del tren Lima-Chosica. La carta que envió al premier Eduardo Arana solicita una reunión urgente para cerrar un acuerdo.
El burgomaestre considera que la falta de avances es inaceptable y acusa al Ejecutivo de “frenar” un proyecto que beneficiaría a miles de limeños que dependen de la conexión hacia el este de la capital. “Hemos ofrecido una solución para que el tren pueda ir por la ruta planificada, usando un bien municipal. No hay excusas para demorar más”, señaló.
Un corredor cedido, pero con condiciones
La propuesta de López Aliaga parece generosa, pero incluye un elemento clave: una cláusula resolutiva. Si el MTC no concreta acciones “en un plazo prudente”, la cesión del corredor quedaría anulada y la Municipalidad recuperaría el control del patrimonio.
“Lo que no puede pasar —advirtió— es que se detenga un proyecto de dos mil millones de dólares por falta de voluntad política. En otros países, iniciativas así avanzan con rapidez; aquí, en cambio, el centralismo y la burocracia lo retrasan todo”, enfatizó.
Tensión entre la Municipalidad y el Ejecutivo
Detrás del debate técnico hay un trasfondo político. López Aliaga y el Ejecutivo mantienen relaciones tensas desde hace meses. Mientras el alcalde impulsa proyectos de infraestructura masiva, como el tren metropolitano y nuevas rutas viales, acusa al Gobierno de no acompañar las inversiones necesarias.
Fuentes del municipio señalan que la carta enviada al premier Eduardo Arana no ha recibido respuesta formal y que, tras “tres o cuatro meses de espera”, la paciencia del alcalde se agota. “No podemos estar esperando indefinidamente. Si hay voluntad política, las cosas se hacen; si no, que nos deleguen el proyecto”, sostuvo.
El tren Lima-Chosica: un proyecto clave para la ciudad
El tren Lima-Chosica es considerado por urbanistas como un proyecto de alto impacto social y económico. La ruta, que conectaría el centro de Lima con el este de la ciudad, busca aliviar el tráfico crónico en la Carretera Central y ofrecer una alternativa de transporte masivo.
De concretarse, el tren beneficiaría directamente a cientos de miles de ciudadanos que viven en distritos como Ate, Santa Anita, Chaclacayo, Chosica y zonas intermedias. Además, reduciría los tiempos de viaje, hoy de hasta tres horas en hora punta, a menos de 40 minutos.
Sin embargo, el proyecto enfrenta trabas presupuestales, disputas de competencias y falta de articulación entre el Gobierno central y la Municipalidad de Lima.
La política detrás del tren
Analistas señalan que la propuesta de López Aliaga no solo responde a una visión técnica, sino también a una estrategia política. En un contexto donde el Ejecutivo enfrenta críticas por la lentitud en la ejecución de obras públicas, el alcalde busca posicionarse como gestor eficiente y presiona públicamente al Gobierno para evitar que el proyecto quede archivado.
Además, el pedido de reunión con el premier Eduardo Arana podría abrir un nuevo capítulo en la relación de poder entre la Municipalidad y la Presidencia del Consejo de Ministros, marcando el rumbo de la cooperación institucional en los próximos años.
Lo que viene
Mientras se espera una respuesta oficial del Ejecutivo, la Municipalidad de Lima avanza en su agenda descentralizada, inaugurando obras en distritos como Villa María del Triunfo. No obstante, el mensaje del alcalde es claro: sin compromisos concretos, el tren Lima-Chosica seguirá paralizado.
El proyecto se ha convertido en un símbolo de la batalla entre dos visiones de ciudad: la del Gobierno central, marcado por la cautela y el control presupuestal, y la de López Aliaga, que busca resultados inmediatos y apuesta por grandes obras para resolver el caos del transporte limeño.