Este lunes, Rafael López Aliaga, alcalde de Lima Metropolitana, llegará a Palacio de Gobierno con dos propuestas contundentes bajo el brazo: poner en marcha el tren Lima–Chosica y exigir al Ejecutivo una respuesta drástica contra el crimen organizado que viene azotando a la capital y otras regiones del país.
La cita con la presidenta Dina Boluarte se da en un contexto de alta tensión en temas de seguridad ciudadana y una creciente urgencia por descongestionar el caótico sistema de transporte público, sobre todo en la zona este de Lima.
Un tren olvidado que podría reactivarse con inversión privada
Uno de los puntos más relevantes de la reunión será el futuro del tren Lima–Chosica, un proyecto postergado durante años pese a su importancia estratégica para el transporte urbano. López Aliaga sostiene que actualmente existe una línea férrea operativa, y que un grupo empresarial peruano ha ofrecido una donación de 80 millones de dólares para habilitar una segunda vía.
Esta propuesta busca acelerar una solución real mientras el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) continúa elaborando el proyecto integral de trenes de cercanía, que también contempla el tramo Lima–Chosica.
El alcalde reclama decisiones rápidas y firmes, asegurando que no se necesita partir de cero. El objetivo sería modernizar la vía existente, incorporar trenes nuevos y conectar con estaciones clave que beneficien a miles de limeños que hoy sufren horas de tráfico en la Carretera Central.
Crimen en alza y propuestas radicales
López Aliaga también exigirá una intervención urgente del Ejecutivo frente a la inseguridad ciudadana, que califica como la “mayor preocupación del país”. En su agenda figura una serie de propuestas polémicas pero populares, como:
- Juicios expeditivos para miembros de organizaciones criminales
- Procesos judiciales en tribunales militares para delitos de alto impacto
- Traslado de cabecillas del Tren de Aragua a cárceles de máxima seguridad en El Salvador (Cecot)
- Internamiento en penales de la selva con régimen de trabajo forzado bajo estricta vigilancia
Estas ideas, según el alcalde, buscan disuadir el crecimiento de las mafias y evitar que los líderes criminales sigan operando desde los penales peruanos.
“La situación es crítica. Extorsión, sicariato y robos ya no son hechos aislados, sino parte de una estructura criminal que avanza a diario”, advirtió.
Coincidencias con el Gobierno en tema carcelario
La propuesta de traslado de criminales a penales extremos coincide, en parte, con el anuncio reciente de la presidenta Boluarte sobre la construcción de un penal en la isla El Frontón, pensado para reclusos de alta peligrosidad.
Aunque la idea de enviar delincuentes a cárceles en El Salvador o en la selva ha generado controversia, ambos líderes parecen alineados en un mensaje de “mano dura” contra el crimen organizado.
Obras en barrios populares y recuperación de vías
A la par de su agenda política, López Aliaga continúa ejecutando obras en diversos distritos de Lima. Recientemente, inauguró junto al alcalde del Rímac, Néstor De La Rosa, la remodelación de la avenida Guardia Republicana y el jirón Cajamarca, mejorando el tránsito en zonas densamente pobladas.
Estos proyectos forman parte de un plan de renovación vial que abarca más de 105,000 metros cuadrados de pistas en distritos como San Juan de Miraflores, Chorrillos, Ate y San Juan de Lurigancho.
La estrategia del alcalde combina su gestión municipal con un discurso político más amplio, que lo posiciona como un actor nacional frente a temas sensibles como la seguridad y el transporte.
¿Una reunión clave o un acto simbólico?
La reunión entre Boluarte y López Aliaga es vista por algunos como una oportunidad real de articulación entre el Gobierno Central y la Municipalidad de Lima. Pero para otros, no pasa de ser una escenificación política, si no se traduce en compromisos concretos.
Mientras tanto, la ciudadanía espera acciones inmediatas, no solo promesas. El transporte caótico en Lima y la escalada de violencia criminal son problemas que requieren más que discursos.