El Instituto Nacional Penitenciario (INPE) llevó a cabo un operativo sorpresa en el penal de máxima seguridad Ancón I, al norte de Lima, durante la madrugada. En la intervención, que contó con la participación de más de 600 agentes de la Policía Nacional del Perú y 30 infantes de Marina, se hallaron diversos objetos prohibidos, como celulares, memorias USB, cables de conexión y hasta una máquina artesanal para tatuajes.
Durante la inspección, también se encontraron 85 envoltorios de droga tipo “quete” y otros artículos que los internos utilizaban para continuar con actividades delictivas dentro del penal. El presidente del INPE rechazó las extorsiones que se generaban en las cárceles y aseguró que se tomarían medidas para intensificar los controles tecnológicos y físicos.
El penal Ancón I, que alberga a unos 2,000 reclusos de alta peligrosidad, había sido señalado por tener internos condenados por delitos como tráfico de drogas y extorsión. Con esta intervención, el INPE buscaba erradicar las redes criminales que operaban desde el interior de la prisión y garantizar la seguridad pública.
Para reforzar el control, el INPE había instalado 287 nuevas cámaras de videovigilancia en el penal, las cuales cuentan con tecnología de reconocimiento facial y alertas auditivas. Se anunció que estos operativos sorpresa continuarían realizándose en otros centros penitenciarios del país como parte de la estrategia nacional para neutralizar las actividades ilícitas dentro de las cárceles.