Una semana en el cargo, un titular nacional
No ha pasado ni una semana desde que Óscar Arriola asumió como comandante general de la Policía Nacional del Perú (PNP), y ya enfrenta una tormenta de críticas por sus recientes declaraciones en un contexto marcado por el paro de transportistas y una alarmante ola de extorsiones y asesinatos en Lima y Callao.
Durante una conferencia de prensa ofrecida el lunes 6 de octubre, mientras se reportaban disturbios en varios puntos de la capital, Arriola intentó llamar a la calma con una frase que generó desconcierto y polémica:
“Todos somos seres humanos, todos vamos a morirnos en algún momento, por favor, colaboremos para tener una sociedad en la cual podamos vivir mejor”.
Defensa institucional y críticas a la protesta
Además de su comentado llamado a la calma, el general Arriola también defendió el trabajo de la Policía frente a las críticas ciudadanas y los cuestionamientos a su accionar.
“A nosotros nos meten a la madre, nos dicen asesinos, criminales, torturadores. Y eso es parte de la democracia”.
Recordó su paso reciente por la Dirección contra el Terrorismo (DIRCOTE), donde —según relató— también fue blanco de insultos:
“Yo trabajaba hace poco acá en la DIRCOTE y me decían asesino (…) Me siento feliz porque los que estaban ahí antes tiraban el coche bomba. Y esa es la democracia”.
Paro de transportistas: violencia en las calles
El paro de transportistas, convocado por organizaciones del sector en protesta por los recientes asesinatos a choferes y extorsiones, generó bloqueos y disturbios en Lima Norte y Lima Este, según confirmó el general Enrique Felipe, jefe de la Región Policial Lima.
Entre los puntos afectados estuvieron el óvalo Hábich (San Martín de Porres) y la avenida Pirámide del Sol con Próceres de la Independencia (San Juan de Lurigancho), donde se interrumpió completamente el paso vehicular.
Arriola calificó estas acciones como una desviación del objetivo original del paro:
“La medida era de motores apagados, mas no disturbios ni bloqueo de vías. Eso configura delito flagrante y requiere una respuesta firme de la Policía”.
Asimismo, advirtió que los organizadores deben asumir responsabilidad legal:
“El que convoca, organiza, dirige, incita, debe responder ante las autoridades. Esta es una medida violenta, criminal, delictiva”.
Una ola de violencia sin control
Las declaraciones del general Arriola se producen en medio de una creciente crisis de inseguridad ciudadana, con cifras alarmantes. Solo entre agosto de 2024 y octubre de 2025, se registraron 118 víctimas de atentados en el transporte público en Lima y Callao, según el Ministerio Público.
La situación ha desencadenado protestas, demandas de acción inmediata y cuestionamientos tanto al Gobierno como a la Policía Nacional.