Mientras en público se golpea el pecho y saluda con el brazo en alto en plena toma de posesión de Donald Trump —un gesto que luego desestimó como “positivo”—, en privado Elon Musk enfrenta una vida desbordada por pastillas, escándalos familiares y una obsesión casi eugenésica por reproducirse. Con al menos 14 hijos reconocidos y rumores de algunos más “distribuidos por el mundo”, el dueño de X, Tesla y Neuralink parece decidido a poblar la Tierra por su cuenta.

El mismo Musk que donó unos 275 millones de dólares a la campaña de Trump, que acompañó al expresidente en mítines entre saltos y arengas, llevaba en su maletín una caja con más de 20 comprimidos diarios: ketamina, Adderall, pastillas para bajar de peso, medicamentos para dormir, antidepresivos no recetados. Todo esto mientras seguía publicando en su red social día y noche, insultando a ministros y confundiendo respuestas en entrevistas cuidadosamente montadas.

No se trata de un consumo experimental. Musk confesó que la ketamina ya le estaba afectando la vejiga —efecto conocido por quienes la usan crónicamente—, y quienes lo frecuentan aseguran que la mezclaba con éxtasis y hongos psicodélicos. Según The New York Times, participó en fiestas privadas dentro y fuera de EE.UU., mientras se consolidaba como una figura clave en el entorno de Trump.

Prolífico, caótico y enjuiciado

Su vida sentimental es una coreografía compleja, con exesposas, parejas simultáneas, madres subrogadas y una creciente lista de demandas por custodia. Claire Boucher —la cantante Grimes— pelea por su hijo “X”, a quien Musk lleva a reuniones oficiales y al Despacho Oval, a pesar de haber acordado mantenerlo alejado del ojo público. La madre reclama que el ritmo de vida de Musk, entre vuelos y falta de sueño, pone en riesgo la salud del menor.

Claire Boucher (Grimes)
Claire Boucher, conocida como Grimes, madre de uno de los hijos de Musk y en disputa por su custodia. (Foto: ABC)

Por su parte, Ashley St. Clair, escritora ultraconservadora, reveló en febrero que tuvo un hijo con Musk y que rechazó una oferta de 15 millones de dólares (más 100 mil mensuales) para callar sobre la paternidad. Según ella, el propio Musk admitió tener hijos con mujeres de distintos países —incluida una estrella pop japonesa— y ofrecía su esperma como “un acto de altruismo”.

Entre los nombres que orbitan su constelación familiar también figura Shivon Zilis, ejecutiva de Neuralink, quien ha tenido al menos tres hijos con Musk mediante gestación subrogada. Todo mientras Grimes aún pensaba que estaban formando una familia monógama.

Un retiro (¿temporal?) del poder

En medio de este culebrón futurista, el multimillonario anunció esta semana que se aparta del gobierno “para enfocarse en sus negocios”. Quizás también en la crianza. Porque si algo no se le puede negar a Musk es su compromiso con la reproducción masiva, a cualquier costo y en todos los frentes posibles.

Fuente The New York Times y edición propia.