Una visita estratégica en un momento crítico para la seguridad peruana
Una delegación interagencial de Estados Unidos llegó al Perú esta semana para brindar asesoría técnica en la elaboración de un plan peruano de lucha contra la delincuencia, a solicitud del presidente José Jerí. El canciller Hugo de Zela confirmó que el equipo norteamericano, compuesto por especialistas del FBI, la DEA y cuerpos policiales estatales, desarrollará reuniones con sectores clave del Ejecutivo durante un periodo de entre siete y diez días.
La llegada de esta misión ocurre en un contexto donde la seguridad ciudadana se ha convertido en el principal problema del país, según encuestas nacionales, y en un desafío central para el Gobierno en vísperas del 2026. La colaboración apunta a entregar un diagnóstico independiente sobre la criminalidad peruana y sugerencias técnicas que permitan la formulación de un plan de acción con enfoque nacional.
¿Qué hará exactamente la delegación estadounidense en el Perú?
Durante una conferencia con la Asociación de Prensa Extranjera, De Zela explicó que la misión tendrá dos encargos principales: aportar un diagnóstico externo sobre la situación de la delincuencia en el Perú y brindar una serie de recomendaciones operativas para combatirla. “No estamos buscando un plan extranjero, sino insumos para diseñar un plan peruano”, enfatizó el canciller.
La agenda incluye reuniones con el Ministerio del Interior, el Ministerio de Defensa, la Fiscalía, y diversas áreas de inteligencia y seguridad. La Embajada de EE.UU. detalló que el grupo está encabezado por José A. Pérez, director de Operaciones del FBI, y que sus seis integrantes cuentan con amplia experiencia en investigaciones criminales, crimen organizado, narcotráfico y operaciones policiales complejas.
La cooperación, precisó la misión diplomática, tiene un carácter consultivo y complementa la colaboración diaria que ya realizan equipos interagenciales de ambos países.
Relación binacional: coincidencias estratégicas y prioridades compartidas
En paralelo a esta visita, De Zela destacó que el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, llegará al Perú en el primer trimestre del 2026, invitado por el Gobierno. Según el canciller, la reciente reunión sostenida con Rubio fue “fructífera” y permitió revisar el estado de la relación bilateral en temas estratégicos como democracia, libre mercado y seguridad regional.
El canciller resaltó un punto clave: ambos países coinciden en priorizar la lucha contra el narcotráfico, la delincuencia organizada transnacional y otras amenazas que afectan la estabilidad interna y el desarrollo económico. En ese marco, la visita de la delegación estadounidense encaja dentro de una agenda más amplia de cooperación.
Minerales críticos y competencia tecnológica: ¿por qué EE.UU. mira al Perú?
Una de las preguntas centrales es qué motiva a Estados Unidos a reforzar su presencia técnica en el país. De Zela explicó que el interés norteamericano va más allá de la seguridad: se vincula también al acceso a minerales críticos, insumo clave para la carrera tecnológica global.
El canciller señaló que EE.UU. compite directamente con China en sectores vinculados a la innovación, baterías, energías renovables y semiconductores. En ese escenario, el Perú aparece como un socio atractivo debido a su potencial minero. “Estados Unidos tiene mucho interés en progresar lo más rápido posible, y el Perú es atractivo porque tiene minerales críticos”, afirmó.
El tema no es menor: la seguridad y el control territorial están directamente relacionados con la capacidad del país para atraer inversiones en sectores estratégicos.
Colaboración en infraestructura: del Callao a carreteras nacionales
Además de la misión interagencial, De Zela confirmó que un grupo de ingenieros del Ejército de Estados Unidos ya se encuentra trabajando en la ampliación del puerto del Callao, un proyecto de alto impacto para el comercio exterior peruano. La iniciativa representa una inversión significativa y forma parte de un conjunto de cooperaciones técnicas que buscan modernizar infraestructura clave.
Asimismo, el canciller mencionó que empresas estadounidenses han mostrado interés en proyectos de carreteras, considerando la amplia necesidad de inversión que tiene el Perú en ese sector. El fortalecimiento de estas conexiones podría contribuir también a enfrentar economías ilegales y mejorar la presencia del Estado en zonas vulnerables.
¿Será efectiva esta asistencia en la lucha contra la delincuencia?
La visita de la delegación norteamericana abre varias preguntas esenciales para el debate público:
- ¿Puede un diagnóstico externo ofrecer soluciones más precisas sobre la criminalidad peruana?
- ¿Cómo se integrarán las recomendaciones estadounidenses en una estrategia genuinamente nacional?
- ¿Qué sectores del Estado asumirán la implementación del plan?
- ¿Podrá este enfoque contribuir a frenar el avance del crimen organizado en el país?
Por ahora, el Gobierno ha asegurado que los insumos serán utilizados por el Ministerio del Interior y la Fiscalía para estructurar un plan integral que responda a los desafíos locales. Expertos consultados por distintos medios han señalado que la efectividad dependerá de la voluntad política interna y de la capacidad del Estado para ejecutar acciones sostenidas en el tiempo.
Un momento clave para la política exterior y la seguridad interna
La presencia de esta misión estadounidense no ocurre en un vacío diplomático. Forma parte de un acercamiento mayor entre Lima y Washington, en un periodo donde el Perú busca reposicionarse internacionalmente mientras enfrenta una ola de criminalidad sin precedentes.
El éxito del eventual plan peruano contra la delincuencia dependerá de cómo se articulen las recomendaciones con las necesidades territoriales del país, especialmente en regiones afectadas por el narcotráfico, la minería ilegal y las economías clandestinas.
A medida que avancen las reuniones programadas para esta semana, las autoridades esperan que los aportes externos permitan consolidar una estrategia más sólida y coherente frente al delito común y organizado.