En el distrito de Lurigancho, una amenaza silenciosa y letal acecha a miles de personas. La Contraloría General de la República ha descubierto que 29 diques están deteriorados o destruidos, lo que podría desencadenar una tragedia en caso de un evento climático.
La situación es crítica. Los diques, que deberían proteger a la población de las crecidas de las quebradas, están en ruinas. La falta de mantenimiento y la negligencia han llevado a esta situación, que pone en riesgo la vida de miles de personas.
Pero no solo eso. La Contraloría también ha encontrado que 35 diques están colmatados, lo que podría permitir el flujo de cárcavas y detritos en caso de un evento climático. Y para empeorar las cosas, en las quebradas Yanacoto y California no se han encontrado obras de protección para prevenir desastres.
La población de Lurigancho tiene derecho a saber qué está pasando con sus diques y qué se está haciendo para solucionar este problema. La Contraloría ha alertado a las autoridades competentes, pero es hora de que se tomen medidas concretas para proteger a la población.
¿Qué pasará si no se hace nada? La historia nos ha enseñado que la negligencia y la falta de acción pueden tener consecuencias devastadoras. Es hora de actuar y de exigir que se tomen medidas para proteger a la población de Lurigancho.