El Congreso de la República puso fin a la designación de Yessenia Lozano Millones, militante del partido Alianza para el Progreso (APP) y conocida como la “hija política” de César Acuña, en medio de fuertes críticas por su nombramiento.
A través de una Resolución Legislativa, a la que accedió RPP, se dio por concluido su cargo como jefa del Centro de Modalidades Formativas del Parlamento, puesto que será ocupado por Sandra Liz Gutiérrez Cuba, quien asumirá con el mismo nivel remunerativo y las obligaciones propias de la plaza.
Quién reemplazará a Yessenia Lozano
Sandra Liz Gutiérrez Cuba es militante de Somos Perú y cuenta con experiencia como asesora en los municipios de Lurín y Magdalena. Además, fue candidata a la Alcaldía de Surquillo por esa agrupación política. Su llegada al puesto genera expectativas sobre un eventual cambio en el manejo de las modalidades formativas dentro del Congreso, aunque algunos sectores cuestionan que su designación provenga de otro partido político, lo que podría interpretarse como un acuerdo político interno.
Los cuestionamientos al nombramiento
Desde el inicio, el nombramiento de Yessenia Lozano generó controversia. La joven solo cuenta con el grado de bachiller en Derecho por la Universidad Señor de Sipán, propiedad de la familia de César Acuña. Pese a su limitada trayectoria profesional, fue designada en un cargo con una remuneración superior a 19 mil soles mensuales, cifra que despertó críticas por presunto favoritismo político.
El caso escaló cuando se conoció que, en su despacho, Lozano mantenía un cuadro de César Acuña, lo que fue considerado una infracción al principio de neutralidad electoral. El Pleno del Jurado Electoral Especial (JEE) de Lima Centro 1 determinó en mayo pasado que esta acción vulneraba la normativa electoral, lo que intensificó las críticas en su contra.
Reacciones políticas
Aunque la decisión del Congreso ha sido celebrada por algunos sectores como un paso hacia la transparencia, otros advierten que se trata de una medida “cosmética” que no aborda el problema de fondo: el uso de cargos públicos como botín político. En redes sociales, ciudadanos y analistas han recordado que no es el único caso de presunto nepotismo o designaciones basadas en vínculos partidarios dentro del Parlamento.
Por su parte, desde APP, algunas voces han defendido la trayectoria de Lozano, afirmando que cumplía con los requisitos formales para el cargo y que su salida responde más a presiones mediáticas que a evaluaciones técnicas de su gestión.
La sombra de César Acuña
La cercanía de Lozano con César Acuña ha sido una constante en el debate. Aunque no existe vínculo familiar directo, es considerada su “hija política” por la estrecha relación partidaria y el apoyo que habría recibido en su carrera profesional. El hecho de que su grado universitario provenga de una institución de la familia Acuña reforzó las percepciones de favoritismo.
Analistas señalan que este caso es un ejemplo más de cómo el capital político y la estructura partidaria de figuras como Acuña permiten ubicar a personas de su entorno en puestos clave, incluso sin una trayectoria extensa.
La lucha contra el favoritismo en el Congreso
La salida de Yessenia Lozano abre el debate sobre la necesidad de implementar mecanismos más estrictos de selección en el Parlamento, que prioricen la meritocracia y la experiencia sobre los vínculos partidarios. Organizaciones de la sociedad civil y expertos en gobernabilidad han pedido reformas que limiten la discrecionalidad de los presidentes de comisiones y del propio Consejo Directivo del Congreso para nombrar funcionarios.
Casos como este también afectan la percepción ciudadana sobre la transparencia del Legislativo. Según la última encuesta de Datum, un 84% de los peruanos considera que el Congreso no actúa en beneficio del país, sino de intereses particulares.