El tren Lima–Chosica, promovido con entusiasmo por el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, ha generado un amplio debate público. Aunque la propuesta busca aliviar el colapsado tráfico entre la capital y Lima Este, voces técnicas y políticas —incluyendo a los alcaldes de Chosica y Magdalena— advierten que el proyecto enfrenta riesgos naturales, desafíos técnicos y falta de coordinación interinstitucional.
A esto se suma el escándalo por los trenes donados desde Estados Unidos, que presentan un nivel de desgaste considerable. La Contraloría General de la República ya inspeccionó el material ferroviario y detectó vagones con más de 40 años de antigüedad y problemas físicos evidentes.
¿Qué advierte el alcalde de Chosica?
Oswaldo Vargas, alcalde de Chosica, manifestó que el proyecto del tren Lima–Chosica genera expectativa, pero enfrenta obstáculos que podrían poner en riesgo su funcionamiento. Entre ellos, destaca la falta de planificación del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) y los peligros asociados al paso del tren por zonas vulnerables al desborde del río Rímac.
“Hay entusiasmo, pero no será rápido. El MTC tiene la palabra”, declaró Vargas, quien precisó que se requieren estudios técnicos rigurosos antes de avanzar.
El alcalde enfatizó que el tramo de Chosica ha sido históricamente golpeado por huaicos y lluvias torrenciales, por lo que urge considerar obras de mitigación de riesgos naturales. De lo contrario, advirtió, el tren podría convertirse en una trampa mortal.
¿Qué problemas técnicos enfrentan los trenes donados?
El 14 de julio, la Municipalidad de Lima presentó un lote inicial de 43 vagones y 11 locomotoras donados por Caltrain, provenientes de California, EE. UU. Sin embargo, la Contraloría detectó que muchos vagones tienen cuatro décadas de uso, con asientos rotos, daños visibles y falta de documentación clara sobre su mantenimiento.
Además, hay discrepancias en los valores declarados de la donación:
- $224 millones como monto asegurado,
- $4.9 millones como valor de donación, y
- $24 millones por los gastos de traslado.
Este enredo financiero ha activado una revisión especial, lo que añade un nuevo obstáculo a la puesta en marcha del tren.
¿Qué dicen otros alcaldes sobre el proyecto?
Francis Allison, alcalde de Magdalena, expresó su apoyo al tren, pero cuestionó la improvisación con la que se intenta implementar. Subrayó que ya no son las municipalidades las que tienen competencia en transporte público, sino entidades como la Autoridad de Transporte Urbano (ATU).
“No se trata de poner un tren y subir a la gente; se trata de hacer que funcione”, enfatizó Allison.
También hizo un llamado a la planificación estratégica nacional y a coordinar con todos los niveles del Estado para evitar un colapso operativo.
¿Cómo se beneficiaría la población si el tren funcionara?
Según la Municipalidad de Chosica, el tren podría movilizar hasta 2,000 pasajeros diarios, reduciendo el alto costo del transporte actual, que bordea los S/30 diarios entre Lima y Chosica. Esto significaría un ahorro considerable para miles de familias, además de ayudar a descongestionar el tránsito vehicular en Lima Este.
¿Qué rol le corresponde al MTC?
Tanto Vargas como Allison coincidieron en que el MTC debe liderar el proyecto con criterios técnicos y no políticos. El Ministerio tiene la responsabilidad de certificar la operatividad del material rodante, organizar la concesión y evaluar los riesgos estructurales de la vía ferroviaria.
Sin esta aprobación, el tren no podrá funcionar. La pregunta de fondo es: ¿se trata de un proyecto viable o de un show político en plena antesala electoral?