Vacancia Presidencial: el botón rojo del artículo 89-A, inciso C

Nueva moción de vacancia contra Dina Boluarte suma apoyos y marca un giro político: el riesgo más serio hasta ahora.

por Edgar Mandujano

La presidenta Dina Boluarte enfrenta el escenario más delicado desde que asumió el poder. En menos de una semana se han presentado tres mociones de vacancia presidencial, pero una de ellas —la de Renovación Popular— ha encendido todas las alarmas en Palacio.
A diferencia de los intentos anteriores, esta vez la derecha se alinea, y lo hace con una bandera sensible: la inseguridad ciudadana, detonada por el violento ataque contra la orquesta Agua Marina en el Círculo Militar de Chorrillos.

La moción, impulsada por Norma Yarrow, mano derecha del alcalde de Lima Rafael López Aliaga, acusa al gobierno de inacción y desidia frente al avance del crimen organizado. Yarrow, vocera visible de Renovación Popular, ha logrado sumar a Fuerza Popular y Somos Perú, sellando un frente que podría alcanzar los 104 votos necesarios para vacar a Boluarte en un solo día.

Una mayoría letal

El reglamento del Congreso es claro: el artículo 89-A, inciso C, permite declarar la vacancia presidencial en un solo día si la moción obtiene el voto de las cuatro quintas partes del número legal de congresistas.
Hasta hace poco, ese número parecía inalcanzable. Hoy ya no. Con las bancadas de derecha unidas —Renovación Popular, Fuerza Popular, Somos Perú, Avanza País— y el respaldo recién anunciado de Alianza Para el Progreso y algunos no agrupados, el bloque llega a esa cifra.

La diferencia respecto de anteriores intentos —promovidos por bancadas de izquierda o independientes sin mayor eco— es que esta vez el impulso viene de la misma derecha institucional, la misma que hasta hace unos meses defendía a Boluarte como un mal menor contra el retorno del populismo.

Del blindaje al cálculo electoral

El giro tiene una explicación: la campaña de 2026 ya empezó.
Las fuerzas conservadoras, que respaldaron a Boluarte tras la caída de Pedro Castillo, buscan tomar distancia de un gobierno impopular y marcado por la parálisis. En Renovación Popular, la estrategia es clara: “marcar territorio” ante el electorado de orden, que percibe al gobierno como débil frente a la delincuencia.

El enfrentamiento del ministro de Transportes y Comunicaciones (MTC), César Sandoval, con la gestión de Rafael López Aliaga —por obras y competencias municipales— terminó de fracturar la relación. El conflicto político con el alcalde de Lima ha derivado en una guerra abierta que ahora encuentra su expresión parlamentaria.

“No se puede permitir que el país esté de rodillas ante el crimen”, dijo Yarrow al presentar la moción. “Este gobierno no tiene rumbo, ni liderazgo, ni resultados.”

Un Congreso con cuentas propias

La ofensiva ocurre justo cuando el gabinete ministerial acudía al Parlamento a explicar las acciones del Ejecutivo contra la ola de inseguridad que azota al país.
Pero la escena tiene una doble lectura: mientras los ministros se defienden en el hemiciclo, el Congreso afila la navaja. Y en caso de prosperar la vacancia, el beneficiario directo sería el presidente del Congreso, José Jerí, quien asumiría la presidencia de la República.

Jerí, del partido Somos Perú, ha procurado mostrarse dialogante y pragmático. Sin embargo, su imagen vuelve a complicarse tras la revelación de CARETAS de la cuestionada contratación de seguros privados para los más de 3,400 trabajadores del Congreso y sus familiares —con una corredora incluida y una comisión de cinco por ciento aprobada por la propia administración parlamentaria—.

Los intentos fallidos y el nuevo contexto

Desde que Boluarte asumió la presidencia, más de cinco mociones de vacancia han sido presentadas, pero ninguna llegó al debate.
Las anteriores —centradas en presuntos actos de corrupción o violación de la Constitución— no superaron la etapa de admisión.
La diferencia hoy es de tono, timing y origen: la inseguridad, que se ha convertido en el principal problema nacional, ofrece una narrativa unificadora para la oposición. El ataque contra Agua Marina, una de las orquestas más populares del país, le dio al argumento un nuevo detonante.

Escenario abierto

La vacancia podría acelerarse en cuestión de días si la derecha consolida sus votos.
Boluarte, cuya imagen positiva es subterránea, depende ahora de un Congreso volátil y fragmentado, donde las alianzas se mueven al ritmo de los sondeos y los cálculos presidenciales.

En política peruana, el péndulo siempre vuelve rápido.
Y esta vez, los mismos actores que blindaron a Boluarte parecen listos para empujarla al vacío.

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