Entrevista: Enrique Chávez
En medio de noticias desalentadoras, Proinversión se asienta como una isla de optimismo. No es poca cosa batir un récord de adjudicaciones en proyectos de Alianzas Público Privadas (APP) por más de US$8 mil millones al terminar el año. Ya veníamos de US$2300 millones en 2023 -la mejor cifra en cinco años tras el colapso del gobierno de Pedro Castillo-. Para su director ejecutivo, José Salardi, las APP (que ya representan una tercera parte de la inversión, con el resto en la más complicada obra pública) representan la fórmula del éxito en complemento con otro formato al alza, que son las Obras por Impuestos.
¿Cómo llega a asumir ProInversión?
Yo llegué en diciembre de 2022. He tenido varios pasos en el sector público desde el año 2008. También hice periodismo. Estuve entre los fundadores de Síntesis, diario económico en los 9. Empecé por Sunat en el ámbito regulatorio y de ahí me fui al Ministerio de Vivienda. Milton Von Hesse me designó en la dirección de APP. Ahí estuve un poco más de tres años. Luego me fui al MTC también a ver la dirección de concesiones. En PRODUCE fui viceministro y de ahí soy ministro de Producción. Luego de un tiempo vino la propuesta del ministro Kurt Burneo para apoyarlo aquí. Yo encantado porque es un mundo que conozco y tenía claro.
¿Por qué cayeron tanto las adjudicaciones?
Fue un proceso de desaceleración bien pronunciado por años. Hubo múltiples factores. Lava Jato golpeó fuerte el mecanismo, no se encendieron las alertas. Se produjo esta mancha negra en las APP, que es el mecanismo que mejor funciona y aquél que mejores infraestructuras ha desarrollado. Luego vino la pandemia también. Adicionalmente, la incertidumbre cuando llegó el gobierno de Pedro Castillo. También desde el año 2014 se dio esta lógica de que el Estado comenzó a sobre-regularse. Hay estudios comparativos, hay más procesos, retrocesos, más actores, más idas y vueltas que en otros países, y eso nos quitó mucha velocidad.
¿Cuánto tiempo estuvo en el gobierno de Castillo?
Una semana. Llegué el 1 de diciembre y cayó el 7. Y el ministro Álex Contreras me dio la confianza para seguir.
Pero el contraste entre el 22 y el 23 llama la atención. ¿Cómo se logró?
Acá hay un equipo con mucha experiencia, porque a veces uno va conociendo las fichas, va colocando el acelerador más adecuado. La idea es hacer buenos contratos lo mejor posible. Con el portafolio entramos a tomar decisiones y avanzar. En la reconfiguración de ministros también llegaron varios afines a la gestión pública. Conversamos 1 a 1 con ellos, planteamos el portafolio y sobre eso hubo la confianza y salimos adelante. Segundo, y lo más importante, con los inversionistas. Decirles que estamos en esta línea porque antes el proceso se movía, podían pasar años y no se adjudicaba. Nos comprometimos con seriedad con las fechas y eso hizo mejor el primer semestre del 23. Enero, que fue tan complejo con el cambio de gobierno y las protestas, pusimos la primera adjudicación a fines de mes y tuvimos cuatro sobres en la mesa con cuatro grupos de la línea de transmisión de Ica. Era una señal que la gente confía en el Perú al mirar a largo plazo, porque estos proyectos son para quedarse 30 años. De ahí vino toda la dinámica de sacar adelante los proyectos que están hace mucho tiempo. Por ejemplo, el Ferrocarril Huancayo Huancavelica, que lo hemos adjudicado hace poco y tenía 18 años en espera. Cuando llegamos el proyecto no estaba acá y había sido reenviado por el gobierno anterior para que vaya por obra pública. Lo reestructuramos, en 18 meses se logró salir y ya está. Ha sido clave la experiencia del equipo para buscar un poco, tomar decisiones, avanzar con los proyectos, ser transparentes en los procesos, mover al mercado, interactuar mucho con los potenciales interesados, estar en contacto permanente, porque esto es una APP, es una sociedad entre público y privado. Uno tiene que enfocarlo así y trabajarlo así siempre. Tratamos de ser estrictos y rigurosos en ver quiénes van a pasar para finalmente poder tener un proyecto que beneficie al país.
Si tuviera que esquematizar, ¿cuáles han sido las prioridades?
Siempre digo que todos los proyectos son prioritarios, desde el más grande al más chico, porque todos de una u otra manera tiene un impacto en la zona norte a desarrollar y mejorar la calidad de la población. Cada uno tiene un grado de complejidad. El anillo vial es el proyecto más grande que hemos sacado, son US$/.3,500 millones. Este año serán en total US$/.8 mil millones, pero ya están los equipos trabajando para el 25 y 26, que serán US$/.7 mil millones en promedio en cada uno de esos años. Previo a la pandemia veníamos de un ritmo muy importante de US$/.3 mil, US$/.4 mil millones.
¿Cuáles otros son destacables este año además del Anillo Vial?
Hemos sacado una ampliación importante para los Fosfatos de Bayovar con el tema de fertilizantes, donde se proyectan mil millones de dólares. Hemos sacado dos grupos eléctricos, uno por 400 millones y otro por poco más de 200. En el ferrocarril son un poco más de 500 millones. Para fin de año tenemos dos paquetes más eléctricos, cada uno de poco más de 6 millones, con lo cual se cierra el encargo. El MINEM, generalmente encarga el plan de transmisión y cada dos años va publicando uno nuevo. También por algún motivo se habían embolsado los proyectos. Nosotros limpiamos esa cartera embalsada.
UNIVERSO CHANCAY
¿Qué proyectos están en la puerta del horno del 2024?
El próximo año viene un paquete grande de siete carreteras por casi US$2500 millones. De ahí tenemos todo un paquete de saneamiento importante. Son como siete proyectos que se adjudicarán el próximo año en el plan de tratamiento de aguas residuales y la mayoría está focalizada en ciudades importantes como Trujillo, Tarapoto, Cusco y Cajamarca. En un paquete de viviendas tenemos cerca de mil millones de dólares. Adicionalmente está el teleférico de Choquequirao que tiene tiempo esperando. Esperamos que el Parque Industrial de Ancón se adjudique en el primer trimestre del próximo año.
Hablando de eso, ¿qué incluirá el universo de Chancay?
Como agencia tenemos por ahora solamente el parque industrial que es lo cercano. De alguna manera estamos tarde porque el puerto va a salir y falta la conectividad y los evitamientos. Estos dos aspectos se están desarrollando. Lo están manejando los ministerios de manera individual. Vamos a ver si todavía hay espacio para generar algunas obras por impuestos que pueden ser de más rápido impacto, pero todo depende de los niveles de estudio de los ministerios. Por lo general nosotros recibimos los encargos de los sectores para poder formular. Con la expectativa de lo que puede ser la Ley de Zonas Económicas Especiales se está empezando a formular el tren Lima Barranca en Lima. Finalmente, el MTC decide si va por APP.
¿Cuál es el criterio de los ministerios para definir si vas por APP u por obra pública?
Si hablamos de la parte técnica, debe haber una definición de criterios para ver cómo van. Creo que si uno ve la experiencia que hay en obra pública tradicional no hay mucho análisis que hacer. Soy un convencido que este mecanismo de APP es el más potente te da sostenibilidad y que a la larga te sale más barato también como país.
¿En qué momento cofinancia el Estado una concesión?
Si te vas a la sierra el flujo no es tal, pero requieren carreteras y ahí va a haber peajes. Aun así, no te va a compensar todo. Ahí entra a cofinanciar necesariamente el Estado. Los puertos de la costa por lo general también son autofinanciados por el flujo de carga que se da y el volumen de negocio. Vemos como se vienen ampliando los puertos en el caso en el Callao y otros como Marcona. Chimbote lo tenemos aquí para adjudicarlo el próximo año. Son netamente autofinanciados. Un caso como una línea de metro, dada la magnitud de proyecto, suele ser entre comillas subsidiado. Saneamiento igual, en Lima tienes 2 millones de usuarios que te dan espalda financiera y que, con un incremento tarifario, puedas afrontar una inversión como fue La Chira, Taboada. Pero si sales de Lima, el Ministerio de Vivienda es el que financia la inversión de una planta porque las tarifas son pequeñas. Pero el impacto te multiplica la tarifa por varias veces.
AGUA Y SANEAMIENTO
¿Qué es lo que se puede hacer con las APP para cerrar algo tan urgente como es la brecha en en agua y saneamiento?
Con APP tranquilamente se puede cerrar la brecha en materia de tratamiento de aguas residuales y también agua potable en todo el ámbito urbano. De partida eso. Tenemos más de 20 proyectos encargados y la idea es que entre el 25 y 26 ya salgan en materia de adjudicación. Todos en ciudades principales. Por ejemplo, Cusco tiene una planta muy interesante que se hizo hace diez años. Por la falta de la planeación a los tres o cuatro años quedó chica y generó olores. La idea es ampliar la planta porque finalmente hay una tecnología que te permita los ajustes para no generar ese problema de olores que complica la convivencia con la población. En otras ciudades no existe ese tema porque la descarga va hacia arriba. Entonces la planta se puede montar tranquilamente y se cierra la brecha al 100%. Eso es lo que estamos trabajando. Y hay ciudades como Ilo, Lambayeque y Tacna donde están planteando esta posibilidad de ir con desaladoras que ya son usadas en el mundo. Se han creado otro sistema de plantas potabilizadoras, como en Cajamarca. En la parte rural también tenemos un proyecto interesante de comunidades nativas que lo estamos trabajando con Vivienda. Una APP puede ir a 15 o 20 años, tener un flujo más constante y ser escalable en el ámbito rural de la ciudad. Va a ser un piloto interesante para el ámbito rural, donde también se podría demostrar, obviamente con cofinanciamiento, que la APP puede funcionar. Si avanzamos los EPS, casi la mitad del sector está intervenido por OTASS, que es un órgano técnico del Ministerio. Falta gestión. Hay también opciones para hacer contratos de gerencia o básicamente para tener una gestión más eficiente de la empresa. Hay muchas empresas globales que manejan esto muy bien en empresas de todo el mundo. En Chile lo han hecho muy bien, Colombia también. Tenemos pendiente esa tarea. Los ejemplos que tenemos, sobre todo en Lima, permitieron dar un gran salto de tratamiento de desagües con la entrada de dos mega plantas después del 2010. De otro lado, por décadas San Bartolo, Pucusana, Santa María y Punta Negra no tenían agua. La planta de desalinización cerró la brecha de un solo golpe y además tiene tratamiento, con aguas residuales con un nivel terciario óptimo para reúso. O sea, hay todos esos esquemas que creo que ya están validados. Igual cada proyecto tiene su complejidad, tiene que ir avanzando región por región, provincia, por provincia, para que avance.
Hat cuestionamientos a los acuerdos Gobierno a Gobierno, sobre todo por sus costos. ¿Qué opina?
Lo que vi desde el MTC fue Chinchero en su momento. En ese momento Proinversión no estaba al ritmo que uno esperaba. Recuerda que en el gobierno de PPK había caído Chinchero. Entonces se pensó que lanzar otra APP difícilmente sería aceptable. Entonces se fue por el G2G. Lo que se supone que era como un vidrio para romper en caso de emergencia se fue instalando como como método más o menos usual. Y la APP tiene una ventaja. La pagas en 15 años, no en dos o tres años de la ejecución de la obra. Entonces no tienes suficiente capacidad fiscal para lanzar en simultáneo muchos proyectos. Con el expediente, la carretera central se va a aproximar a los S/.30 mil millones. Es el presupuesto del MTC en tres años. No puede hacer otro proyecto más. Es distinto a que puedas tener un flujo como lo que manejamos nosotros. Es más, si al lado de la carretera central quieres poner la línea tres del Metro, imposible.
OBRAS POR IMPUESTOS
Había mucha expectativa con Obras por Impuestos porque en febrero se cambió el reglamento para incentivarlas pero hace poco el MEF retrocedió. Ante las críticas dijo que lo volverán a revisar. ¿Qué opina?
Es un mecanismo con mucho potencial, estoy totalmente convencido. Creo que es el mejor sustituto de la obra pública tradicional. Este año el mecanismo va a marcar un récord histórico. Lo máximo que se tuvo en un año fueron cerca de S/.1,100 millones y nos acercamos a S/.3 mil millones a fines de año. Se adjudicó el Hospital Ramón Guardia hace unos meses en Huaraz por S/.2 mil millones que es lo más grande hasta el momento. Y lo que te dice es que ya hay la confianza por hacer obras de esa escala. La tasa de éxito es bastante alta. Casi el 100% de proyectos no tienen problemas y se llega a concluir con la infraestructura esperada. Eso no pasa con la obra pública. Creo que hay que seguir apostando cada vez más por el mecanismo. Los números no fueron tan altos el año pasado porque llegaron nuevos gobiernos regionales y municipales, pero si invertimos mucho en capacitaciones para que este año el mecanismo despegue y así lo está haciendo. En los próximos años podemos tener S/.3 mil millones a S/.4 mil millones tranquilamente. Se puede diversificar bien. La norma se ha ido flexibilizando cada vez más. El sector privado también tiene que un poco tomar más el tema para para afrontar conjuntamente con el Estado este reto. Y lo interesante es que de las casi 600 obras de OXI, casi el 80% son en las regiones. Impactan mucho. El primer interesado en que la obra vaya bien es el contribuyente. Ya están habiendo obras importantes en escala como los hospitales que se están inaugurando y que son de primera. Hay que también ver cómo combinar la operación con el mantenimiento para darle sostenibilidad.
¿Qué más se puede hacer en materia de salud pública?
En Lima hay dos hospitales emblemáticos que se hicieron por APP que son el Barton y el Kaelin, que son “bata blanca” (el privado lo opera totalmente). Los niveles de satisfacción del servicio para los usuarios de salud en esos hospitales están, pero lejos, por encima de la media. Esperas máximo 15 minutos entre que tuviste el ticket y la hora de atención. Hay una medición de productividad de los médicos. Hay todo un esquema interesante. Trabaja mucho en prevención de salud, porque lo que tienen estos contratos, en este caso al concesionario, se le paga un monto anual por cada cliente. Hay ese modelo que ponemos mucho en vitrina. Está el Hospital del Niño de San Borja en esa línea, cuyo contrato de operación y mantenimiento vence el próximo año, pero ya nos encargaron la nueva etapa. El potencial que tienes con ese modelo es alto, no hay que pensarlo mucho y son decisiones que tienen que tomar. En Chimbote vamos a adjudicar dos hospitales más para que van por bata verde (parcialmente operado por el privado). El MINSA también nos está encargando nuevos hospitales. Hace poco firmamos con el Gobierno Regional de Piura para ver el tema del Hospital de Sullana, para EsSalud. Estamos formulando el Hospital Unanue que nos encargó MINSA. La FAP acaba de incluir su hospital de oficiales como APP. Gobernadores como los de Lambayeque y Cusco nos han dicho que también quieren que esos hospitales vayan por APP y algunos por bata blanca. Hay un potencial para que la salud también tenga una mejora en la medida que haya más hospitales y el ciudadano perciba los beneficios.
¿Actualmente qué porcentaje es APP y qué porcentaje es obra pública?
Vamos a poner este este año como ejemplo. Nosotros estamos adjudicando 8 mil millones de dólares que son casi S/.30 mil millones al día. El presupuesto para este año de obra pública debe ser más del doble de ese monto, pero multisectorial. La diferencia es que nosotros adjudicamos y de ahí viene un periodo de elaboración del expediente técnico y de cierre financiero que corren en paralelo. Y la obra empieza unos 12-14 meses luego de la firma del contrato. Entonces esta ejecución la vas a ver en el 26. Pero no tienes paralizaciones de obras como sí en obra pública. Es muy importante también el rol de los sectores, los ministerios con sus equipos técnicos, tener buenos supervisores, Cada uno cumple su rol para que la obra fluya. Lima es una ciudad donde los metros han llegado 25 años tarde y ejecutarlos es complicadísimo. Es un reto distinto. Igual el anillo vial va a ser complejo porque son como 3000 predios que hay que liberar en casi 40 kilómetros.
¿Sería mejor trabajar con un ministerio de Infraestructura?
Cómo está, el Ministerio de Infraestructura está pensado básicamente para absorber las unidades Ejecutoras de Obra pública. Hay sectores como MINSA y MINEDU que todavía tienen una estructura que se inclina por obra pública. Una cosa es que saques un proyecto para buscar un nivel de servicio y otra para mirar cada perno. Son dos cosas distintas y, obviamente, en la obra pública se defiende el presupuesto presentado, pero hay un riesgo de diseño y ejecución del periodo que hay que acompañar. Eso es lo que hay que hay que mirar bien. Nosotros hemos planteado hacernos cargo de esa elección. Hoy no pasa eso. La ley marca que llegamos hasta el cierre financiero y de ahí ya el expediente. La ejecución ya se entiende con el Ministerio, sus supervisores, su propia gestión y a veces la dinámica no fluye. Hay ejemplos de eso. Hay unos colegios que ya tienen años bregando para que el tema salga adelante. Igual tenemos este portafolio importante para estos años, pero podríamos tener otros megaproyectos importantes que el país necesita. Las líneas de metro podrían estar acá, el tren Lima- Ica o el tren minero que se ha aprobado. Según la última publicación del Banco Mundial, somos el tercer país con más movimiento de APP, a nivel global hemos hecho un posicionamiento importante. Para el próximo año el BID nos escogió como sede de su gran evento a raíz de los resultados que estamos dando. Entonces yo creo que también meter megaproyectos y dar esa señal al mercado para generar la expectativa de la inversión extranjera.
¿Podrías tener una transformación rápida del país?
Las APP son la vía más rápida, evidentemente más segura y sostenible para lograrlo.
¿Qué consecuencias ha tenido el deterioro de un organismo como Provías?
Nos han encargado estos 21 tramos de carreteras. Ellos tenían contratos por tres años con problemas. Se caían en situaciones que se daban por arbitrajes. Lo que pasa es que nos vamos a un contrato que sea de 20 años y sobre esa base, en el periodo hay gatillos de que si la demanda va creciendo hay que poner una doble vía o ensancharlas. Se van activando en función a eso y con eso la vía está asociada a Internet y a mejorar la conectividad del país. Es lo que vamos un poco a desarrollar en este reto. Entre 25 y 26 poder adjudicar y duplicar los kilómetros de vía concesionadas en el Perú.
El simbolismo es inevitable. Comparten edificio con Petroperú y el contraste no puede ser mayor.
Estamos con el encargo de vender los activos no críticos. Sacarlos adelante. Vamos a trabajar eso. Estamos esperando un poco. También hay algunos convenios y pasos que dar. Pero estamos para apoyar donde se pueda mejorar.
¿Podría pensarse que este edificio solo sirve para oficinas públicas?
No. Es una sorpresa, pero el estacionamiento es muy amplio y se puede construir más. Este es el corazón financiero del Perú. En los próximos años habrá transformaciones. Por qué no pensar en techar esta parte de la Vía Expresa y conectar. Tener un poco de creatividad.