Un programa cuestionado que entra en etapa de cambios
La ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Lesly Shica, denunció públicamente haber recibido amenazas y mensajes de presión tras anunciar la profunda reforma del programa de alimentación escolar, hoy denominado Programa de Alimentación Escolar (PAE). Según declaró a Cuarto Poder, existe un grupo de interés que estaría intentando frenar los cambios impulsados por el Midis, los cuales afectan contratos, cadenas de proveedores y prácticas instaladas desde años atrás.
Shica reveló que estos mensajes llegaron “a través de terceros”, con indicaciones para que “baje su perfil público”, “no sonría” y evite exponer sus medidas ante medios de comunicación. La ministra calificó estas presiones como una clara señal de resistencia de quienes buscan mantener el antiguo sistema, uno que —según dijo— estaba plagado de intermediación, falta de control y proveedores sin experiencia.
La denuncia abre un debate urgente: ¿por qué ciertas reformas generan reacciones tan agresivas? Para el Midis, la respuesta es evidente: se están afectando intereses económicos que se beneficiaron por años mediante contratos direccionados.
“No pertenezco a ningún grupo político”: la defensa de su independencia
Al ser consultada por su eventual cercanía a fuerzas políticas, Shica rechazó cualquier vinculación partidaria. “No pertenezco a ningún partido ni estoy respondiendo a estructuras pasadas”, afirmó. Recordó que su labor previa en el Estado incluía tareas de control presupuestal y que, precisamente por elevar observaciones, fue retirada en gestiones anteriores.
Este punto generó otra pregunta clave:
¿Existe un intento de desacreditar su independencia para debilitar la reforma?
La ministra sostiene que sí. Explicó que ciertos sectores están promoviendo rumores para cuestionar la legitimidad de su liderazgo, aunque la prioridad de su cartera —recalcó— es avanzar hacia un sistema transparente, sin operadores políticos ni intermediarios informales.
Shica añadió que en su gestión no habrá “espacios oscuros” para proveedores acostumbrados a prácticas poco claras. “Me han vetado antes por levantar la voz, pero eso no me detendrá ahora”, señaló.
El corazón de la reforma: alimentos frescos y control de proveedores
La reestructuración del PAE implica un giro radical en el modelo de compras y supervisión. La ministra detalló que se priorizará la adquisición de alimentos frescos, nutritivos y seguros, dejando atrás adquisiciones concentradas en pocos proveedores y con insumos de baja calidad.
¿Qué productos serán priorizados?
- Pan fresco y productos de panificación hechos en la zona.
- Menestras con alto valor nutritivo.
- Frutas y alimentos de origen local.
- Leche y productos lácteos regulados.
El objetivo es que los más de 4 millones de escolares beneficiarios reciban alimentos saludables y de mejor calidad, reduciendo la dependencia de productos procesados.
Además, se estableció un requisito estrictamente obligatorio: los proveedores deberán estar inscritos en el Registro Nacional de Proveedores (RNP). Esto busca evitar que intermediarios sin experiencia —o con antecedentes cuestionables— obtengan contratos de alimentación para colegios.
La ministra recalcó que esta medida responde a una necesidad evidente: “No podemos permitir que empresas improvisadas decidan qué comen los niños del país”.
Supervisión reforzada: Midis, OSCE, Contraloría y Fiscalía en una sola línea
El Midis viene trabajando de manera articulada con el OSCE, la Contraloría General de la República y el Ministerio Público para reforzar la vigilancia del programa. Esta cooperación interinstitucional permitirá:
- Realizar operativos simultáneos en diversas regiones.
- Identificar proveedores que incumplen requisitos sanitarios o contractuales.
- Revisar expedientes de compras previas vinculadas a supuestos direccionamientos.
- Activar procesos administrativos inmediatos en casos de riesgo alimentario.
La articulación también incluye a las organizaciones sociales de base, que reportarán irregularidades desde los mismos colegios. “Queremos que las madres y padres de familia sean parte del control”, indicó la ministra.
Este nuevo enfoque plantea otra pregunta central:
¿Podrá esta red de vigilancia impedir que se repitan los casos de alimentos vencidos o insumos de mala calidad que marcaron gestiones anteriores?
El Midis asegura que sí, siempre que la reforma sea sostenida políticamente y cuente con respaldo social.
Presiones y resistencias: el costo político de limpiar el sistema
La denuncia de amenazas contra la ministra evidencia que los cambios afectan directamente a redes formadas alrededor del antiguo modelo de compras públicas. Estas incluyen:
- Proveedores con contratos reiterados durante varios años.
- Intermediarios que actuaban sin registro formal.
- Funcionarios acostumbrados a procesos administrativos poco transparentes.
- Operadores políticos que influían en adjudicaciones mediante terceros.
Shica confirmó que los mensajes intimidatorios provinieron de personas vinculadas a esas redes. Aunque evitó dar nombres, fue enfática en aclarar que su gestión “no dará un paso atrás”.
Expertos consultados consideran que esta situación no es nueva: cada reforma del programa de alimentación escolar ha generado tensiones desde su creación. Sin embargo, la actual reestructuración es la primera que apunta no solo a mejorar los alimentos, sino a romper de raíz los mecanismos que permitían direccionamientos.
Un mensaje final: transparencia y servicio al país
La ministra concluyó su intervención asegurando que su norte es garantizar que cada niño reciba un alimento digno, nutritivo y seguro, y que el programa deje de ser una fuente de disputas entre proveedores e intereses políticos.
“Mi compromiso es con el país, no con un grupo de poder”, declaró para Cuarto Poder. Añadió que las amenazas solo fortalecen su convicción de que la reforma es necesaria.
Si el PAE logra consolidarse bajo estas nuevas reglas, podría convertirse en uno de los programas más vigilados, transparentes y eficientes del Estado, aunque el camino —como admitió la propia ministra— no estará libre de presiones.