Jerí abre un nuevo frente diplomático al dejar abierta la posibilidad de intervenir la embajada mexicana

El presidente afirma que “no le tiembla la mano” ante la orden judicial contra Betssy Chávez, pese a la tensión internacional y advertencias sobre un posible ilícito diplomático.

por Edgar Mandujano

El presidente José Jerí Oré volvió a tomar una posición confrontacional respecto a la situación de Betssy Chávez, quien permanece en la Embajada de México bajo asilo político mientras pesa sobre ella una orden de cinco meses de prisión preventiva. En una entrevista con El Comercio, el mandatario aseguró que no descarta intervenir la sede diplomática para ejecutar la captura, lo que generó un inmediato debate sobre responsabilidad internacional, inmunidad diplomática y el riesgo de una escalada política en la región.

La declaración —“no me tiembla la mano”— marca uno de los momentos más tensionantes en la relación bilateral entre Perú y México desde el caso Pedro Castillo y abre un escenario de fricción adicional con gobiernos afines como el de Colombia, cuyo presidente Gustavo Petro ya lanzó advertencias.

A continuación, el desarrollo completo.


“No me tiembla la mano”: el mensaje desafiante del Ejecutivo

Durante la entrevista, Jerí afirmó que su Gobierno está evaluando todas las vías para cumplir la orden judicial contra la ex primera ministra Betssy Chávez Chino, incluyendo la posibilidad extrema de ingresar a la Embajada de México.

“Soy una persona abierta a todo tipo de posibilidades y decisiones. No me limito y, si tiene que ingresarse a la embajada mexicana, se hará. He demostrado con acciones concretas que no me tiembla la mano”, declaró el mandatario.

Pregunta clave: ¿Puede un Estado ingresar a una embajada extranjera?
Según el derecho internacional, la respuesta es no. Los locales diplomáticos son inviolables y ningún agente del Estado anfitrión puede entrar sin consentimiento. El artículo 22 de la Convención de Viena es explícito: el Estado receptor debe proteger los locales de la misión y no puede penetrar en ellos.

Aun así, Jerí insistió en que sus decisiones se ajustan a la existencia de una orden judicial, lo que para él constituye un sustento suficiente para considerar escenarios que “otros gobiernos no se atreverían a plantear”.


Betssy Chávez y el asilo en México: un caso que vuelve a la agenda

La ex primera ministra se encuentra en calidad de asilada desde 2023, en el marco del proceso por la presunta comisión de rebelión y conspiración el 7 de diciembre de 2022. Aunque la Corte Suprema ordenó recientemente su detención preventiva por cinco meses, el Ejecutivo todavía no define una postura respecto al salvoconducto que permitiría su traslado fuera del país.

Para Jerí, la figura del asilo ha sido utilizada de manera “política” y el caso requiere una evaluación sin precipitaciones:
No es ni un sí ni un no al salvoconducto. Me voy a tomar el tiempo. Hay compromisos internacionales que existen y cumpliremos en su momento”.

Su declaración sugiere que el Gobierno considera que ha habido un mal uso del asilo político, argumento recurrente en Lima desde la administración Boluarte.


Advertencias desde la región: México y Colombia responden

El comentario presidencial no solo encendió alarmas en México. La cancillería mexicana sostuvo que el Perú debe respetar la inmunidad diplomática, al tiempo que reafirmó la protección otorgada a Chávez.

Por su parte, el presidente Gustavo Petro advirtió que Colombia podría retirar su embajada en Lima si el Gobierno peruano vulnera la sede diplomática mexicana. Para Petro, una irrupción equivaldría a un acto hostil y una violación flagrante del derecho internacional.

Pregunta clave: ¿Qué consecuencias tendría una intervención a la embajada?

  • Configuraría un ilícito internacional.
  • Activaría mecanismos de denuncia en la OEA y eventualmente en la Corte Internacional de Justicia.
  • Rompería relaciones diplomáticas con México y podría generar un efecto dominó con otros gobiernos.
  • Colocaría al Perú en una crisis regional sin precedentes recientes.

Expertos alertan: sería un hecho ilícito internacional

En diálogo con Exitosa, el especialista en derecho internacional Gattas Abugattas advirtió que una intervención sería una violación directa de la Convención de Viena.

“Hay normas internacionales que se deben respetar. La protección de los locales y personas de las misiones diplomáticas es absoluta. No podemos ir en contra; sería un hecho ilícito internacional”, explicó.

El experto recordó que la estrategia de exposición ante la OEA en torno al caso Chávez “iba por buen camino”, pero declaraciones como la del presidente pueden complicar la defensa jurídica del Perú.


Un Gobierno que asegura no tener miedo

A pesar de la controversia, Jerí dejó claro que no retrocederá si considera que existe un fundamento legal.
“No tengo miedo cuando sé que estoy haciendo lo correcto”, declaró frente al eventual rechazo de la izquierda latinoamericana a una intervención.

El mandatario enfatizó que cualquier decisión deberá ser evaluada por el Gabinete, pues la orden de captura es reciente y aún no existe una definición sobre la línea de acción.


¿Se está abriendo una crisis diplomática?

Aunque el Ejecutivo afirma que aún no ha tomado una decisión, la mera posibilidad plantea un riesgo significativo. El Perú ya enfrenta tensiones previas con México desde el caso Castillo; una irrupción en su sede diplomática podría significar:

  • Suspensión inmediata de relaciones.
  • Bloqueo comercial o político desde países aliados de México.
  • Aislamiento diplomático en foros regionales.
  • Pérdida de credibilidad internacional sobre el compromiso peruano con la legalidad internacional.

Pregunta clave: ¿Es una estrategia política interna?
Analistas plantean que Jerí podría estar enviando un mensaje de autoridad en un contexto donde intenta consolidar apoyo frente a la inseguridad y solicitudes de facultades legislativas. La confrontación externa puede ser leída como un mecanismo para reforzar liderazgo interno.


Un Ejecutivo en tensión entre firmeza y riesgo

El Gobierno de Jerí insiste en mostrarse firme ante órdenes judiciales y frente a quienes considera prófugos de la justicia. Sin embargo, la línea entre firmeza y violación del derecho internacional es estrecha.

Mientras el mandatario asegura que “no se limita”, los expertos recuerdan que las embajadas no son territorio del país anfitrión, sino espacios protegidos por normas que garantizan la convivencia diplomática global.

La decisión final, según el propio Jerí, requerirá tiempo. Pero la declaración ya marcó un antes y un después en la relación con México.

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