Con su estética desaforada y la dirección siempre al borde del colapso creativo de Josh Safdie, “Marty Supremo” se abre paso como uno de los fenómenos cinematográficos de la temporada. La cinta —un torbellino retro ambientado en el marginal mundo del tenis de mesa de los años 50— acaba de sumar tres nominaciones a los Globos de Oro: Mejor Película Musical o Comedia, Mejor Actor para Timothée Chalamet y Mejor Guion para Ronald Bronstein y el propio Safdie.
Chalamet encarna a Marty Mauser, un joven que convierte un deporte ninguneado en la arena de su propia trascendencia. Safdie lo acompaña con una puesta en escena frenética, casi febril, que oscila entre el humor negro y la tragedia íntima. La actuación del protagonista —la crítica la llama ya la más intensa de su carrera— sostiene una trama que viaja de la obsesión al derrumbe y, finalmente, a una improbable redención.
El ruido no es gratuito: la película también arrasa en la carrera previa a los premios. Acumula ocho nominaciones a los Critics Choice Awards, entre ellas Mejor Película, Mejor Actor, Mejor Director y Mejor Guion Original. Un espaldarazo que confirma el magnetismo de una obra que mezcla pulsión, nostalgia y ambición con la soltura de un número musical.
“Marty Supremo” aterriza en la cartelera local el 22 de enero y promete ser de esas experiencias que no solo se ven: se sobreviven.