“Nos vamos bien, antes de que la banda se desgaste o pierda el sentido que la hizo especial”. Así describe Carlos “Charly” García, vocalista de Diazepunk, el espíritu detrás de la decisión de poner fin a un proyecto que marcó una parte de la historia del punk peruano. Tras 25 años de carrera, la banda tocará por última vez este sábado 21 de diciembre en el Centro de Convenciones Festiva.
La gira de despedida de Diazepunk, titulada “Los Últimos 25 Años”, ha sido un proceso de duelo y celebración. “No queríamos simplemente sacar un comunicado y desaparecer. Necesitábamos cerrar este ciclo de una manera especial, reencontrándonos con nuestra música y con quienes han estado ahí desde el inicio”, explica Charly.
Un cuarto de siglo de historia
Formada en 1999, Diazepunk surgió en una Lima compleja, con una escena musical aún en construcción. “Éramos cinco amigos del colegio, chibolos con una guitarra de palo y muchas ganas de decir cosas. Nunca pensamos que duraríamos tanto ni que nuestro nombre, que era solo la chapa de un pata, se quedaría 25 años”, recuerda el vocalista .
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La banda no solo fue pionera en el uso de herramientas digitales para difundir su música en los primeros años del internet, sino que también enfrentó prejuicios tanto de los espacios comerciales como de los underground. Especialmente en una época donde tanto a nivel nacional como internacional se acuñó el término “chikipunk”, utilizado frecuentemente de forma despectiva para referirse a las agrupaciones punk que tendían a un sonido más suave, comercial, simple o de temática menos dura. “Nos miraban como ‘estos mocosos que solo hacen bulla’. Tuvimos que abrirnos camino, y lo hicimos a nuestra manera, con honestidad y persistencia”, señala.
Un legado que trasciende generaciones
Durante esta gira, las emociones han estado a flor de piel. “Es abrumador el cariño de la gente. Te cuentan que conocieron a su pareja en un concierto nuestro, que nuestras canciones los ayudaron en momentos difíciles o que le pusieron a su hija el nombre de una de nuestras canciones. Eso te llena el corazón”, dice Charly.
Sin embargo, no todo ha sido fácil. La banda también ha reflexionado sobre los cambios en la escena musical y en sus propias vidas. “Hoy todos tenemos otras responsabilidades. Algunos son papás, otros tienen trabajos fuera de la música. Además, la escena punk, que debería ser rebelde y contestataria, se ha vuelto más conservadora y repetitiva. Eso también influyó en nuestra decisión”, confiesa.
El adiós final
El concierto del 21 de diciembre será una noche especial, tanto para la banda como para sus seguidores. “Queremos que sea una despedida emocionante. Será la última vez que toquemos juntos, pero también una celebración de lo que logramos. Diazepunk no fue un invento comercial, fue una banda de amigos que hizo música desde el corazón”, asegura Charly.
Aunque no hay planes de reuniones futuras, los integrantes continuarán con proyectos personales. Charly, por su parte, explorará sonidos más electrónicos y experimentales, además de proyectos audiovisuales. “Queremos cuidar nuestra amistad y no permitir que se diluya por obligaciones. Mejor cerrar esto ahora, cuando aún tiene sentido”, concluye.
Las entradas para el concierto final están casi agotadas. Este sábado será el momento de decir adiós a una banda que hizo historia en la escena rockera peruana y también dejó una huella en la vida de quienes encontraron en su arte una voz auténtica y cercana.