El 9 de febrero, durante el Super Bowl LIX en el Caesars Superdome de Nueva Orleans, Kendrick Lamar encabezó un increíble espectáculo de medio tiempo que fusionó su distintivo estilo lírico con una producción visual impactante.
La presentación inició con Lamar y un grupo de bailarines emergiendo de un clásico Buick Regal de los años 80, sobre un escenario que evocaba un gigantesco controlador de PlayStation. El actor Samuel L. Jackson, personificando al Tío Sam, aportó comentarios y consejos humorísticos entre canciones, resaltando el espíritu americano reflejado en la música de Lamar.
LEE | Philadelphia Eagles conquistan el Super Bowl LIX con una victoria sobre Kansas City Chiefs
El setlist de 13 minutos incluyó éxitos como “Humble”, “DNA” y “All the Stars”, esta última interpretada junto a SZA, quien se unió como invitada especial. La actuación también contó con la participación sorpresa de la tenista Serena Williams, oriunda de Compton al igual que Lamar, quien realizó una coreografía durante “Not Like Us”.
Un momento inesperado ocurrió cuando un integrante del elenco desplegó una bandera que combinaba los colores de Palestina y Sudán, corriendo por el escenario antes de ser detenido por la seguridad. Según Roc Nation, este acto no estaba planificado ni formaba parte de la producción, y el individuo ha sido vetado de por vida de todos los eventos de la NFL.
La actuación de Lamar fue ampliamente elogiada por su energía y profundidad artística, consolidando su posición como uno de los artistas más importantes de la actualidad, siendo recientemente reconocido con cinco Grammy. Esta presentación marcó su segunda aparición en un espectáculo de medio tiempo del Super Bowl, habiendo participado previamente en 2022 junto a Dr. Dre, Snoop Dogg, Eminem y Mary J. Blige.