Alejandra es una joven peruana de 27 años que tras más de dos décadas lejos, regresa a Cusco para vender la casa familiar heredada. Pero su aparente sencillo encargo se complica al descubrir que su padre biológico, a quien creía muerto, está vivo y preso por haber militado en Sendero Luminoso. Esta es la premisa de “La piel más temida”, del director huancaíno Joel Calero, estrenada este jueves 25 de abril con Juana Burga encarnando a la protagonista. En palabras del director, el título de la obra hace referencia a “lo temido de ser un cobrizo. Nadie se siente cómodo con eso en un país así”.
En conversación con Ellos & Ellas, la top model y actriz peruana radicada en Nueva York comparte los desafíos y motivaciones detrás de asumir este papel protagónico que aborda temas tan complejos como latentes en la realidad nacional. “Habían varias escenas súper fuertes donde yo emocionalmente colapsé. Eso fue parte de toda esta experiencia valiosa y de la conexión que se tiene con la historia y las locaciones donde grabamos”, revela Burga. Y es que lejos de contar una historia individual, la cinta peruana busca retratar vivencias colectivas pero diversas en torno al terrorismo y otras aristas sociales igual de vigentes.
“Cuando uno elige un actor, elige el potencial”, afirma Calero, quien descubrió a Burga en la película “Los últimos”.
“Cada espectador se conectará a su manera con diferentes puntos. Gente ajena al proceso de la película
nos ha sorprendido con las interpretaciones que ni siquiera imaginamos inicialmente”, confiesa emocionada quien ha forjado su carrera actoral tras años de solo dedicarse al modelaje de alta costura. Una transformación nada sencilla, pues tuvo que vencer los clichés de las “modelos convertidas en actrices” limitadas a papeles de chica linda y objeto de deseo masculino.
“Hubo proyectos que me tentaron, pero los rechacé porque no quería ser el trofeo de un hombre profesionalmente. Busqué historias que crearan diálogo y que hicieran reflexionar también”, cuenta. Fue así que se lanzó a la actuación con el papel de una refugiada llamada Yaku en “Los Últimos” (2017) de Nicolás Puenzo, donde no temió afearse con dientes pintados de negro por semanas, algo impensable para la mayoría de modelos.
El camino para que Juana Burga se convirtiera en Alejandra fue peculiar. Calero la descubrió casi por casualidad al ver el tráiler de “Los Últimos” en Facebook y quedar impresionado por su físico e interpretación como refugiada. Tras conocerla en un café en Barranco y hacer un casting informal
previo a su partida a Nueva York. Meses después, al realizar los castings formales, ninguna otra actriz lo convencía como Burga. “Cuando uno elige un actor, elige el potencial”, afirma Calero, quien reescribió el personaje línea por línea junto a ella hasta que Burga se fue apoderando del proyecto. Un proceso que se vio profundizado cuando la actriz compartió su propia historia de no conocer a su padre, dando un giro emocional clave en la construcción interpretativa.
Un “no actuar” muy natural
Esta búsqueda de realismo y verdad la ha llevado a desarrollar sus personajes con una naturalidad cautivadora, cualidad que reconoce proviene de sus estudios en el “method acting” y su profunda conexión personal con los roles. “Trato de no actuar, de reaccionar como lo haría uno en la vida cotidiana. Uno lo más posible, separando lo personal pero uniendo la esencia”, describe sobre su proceso interpretativo.
En “La piel más temida”, esta esencia ha implicado comprender las experiencias migratorias desde la propia vivencia de Burga residiendo en el exterior, al igual que su personaje de Alejandra. “Me ayudó ver cómo regresaba yo a Perú después de años y cómo veía el país. Pero también las historias de amigos que tuvieron que migrar por conflictos en sus países”, relata.
Un regreso impactante
De hecho, ese mismo reencuentro con las raíces es el detonante del recorrido interno que tendrá Alejandra al conocer la verdad sobre su padre y el oscuro pasado familiar ligado al terrorismo.
Un viaje desgarrador pero vital, según Burga. “Son realidades que hemos vivido, que son del pasado
pero también presente y futuro si no las mencionamos. Una de las temáticas es la ausencia paterna, pero no es solo eso, es todo un país complejo que ni siquiera podríamos describir con un libreto perfecto, porque no sabemos cómo evolucionará”.
Es justamente esta falta de respuestas absolutas lo que la motivó a enlazarse al proyecto. “Lo bonito es cómo hacemos sentir a la gente y creamos diálogo en diferentes puntos, de distintas maneras de vivir en este país”, reflexiona con una sensibilidad que presagia su futuro derrotero actoral.
Futura heroína
Y es que, pese a su gran éxito como modelo internacional que conquistó las pasarelas más importantes del mundo, Burga ha optado por roles que den voz a las mujeres peruanas y latinas cuyas historias aún no se cuentan. El año pasado protagonizó la portada del libro de fotos del reconocido Mariano Vivanco caracterizando a la Señora de Cao, símbolo milenario de la cultura moche. “Me gustaría personificar a más mujeres que han marcado la historia aquí y en Latinoamérica, sería increíble”, comparte entre risueños destellos de ambición.
Aunque también anhela probar suerte en alguna comedia romántica, “pero estudiando bien el proyecto para ver qué me acomode en ese momento. Seguir actuando es lo que me apasiona”, aclara.
La actriz espera interpretar papeles de mujeres que hayan marcado la historia del país o de la región.
Lamentablemente, “La piel más temida” se ha visto truncada desde antes de su estreno, pues según comenta el director Joel Calero, tan solo les han dado seis salas en Lima y una en Cusco, a pesar de que la película se grabó en dicha región.
“Me parece absurdo, están creando una rivalidad entre las películas comerciales e independientes. Al final nos están matando los mismos cines con esta situación de horarios”, advierte con esa piel de luchadora que la caracteriza. Una piel cada vez más curtida y definida en su arriesgado camino de dejar su zona de confort por asumir roles desafiantes y poderosos como el de Alejandra.