En la edición más reciente de CARETAS hicimos un resumen de lo mejor que se ha visto durante 2025 en las plataformas, sin saber que Netflix cerraría el año con broche de oro, con una película extraordinara llamada Jay Kelly, protagonizada por George Clooney, quien está recibiendo algunas de las mejores críticas de toda su carrera.
La producción dirigida por el reconocido Noah Baumbach, creador de Historia de un matrimonio, tuvo primero un estreno limitado en salas antes de desembarcar en la plataforma de streaming y solo en los primeros tres días desde su lanzamiento global, se posicionó entre los títulos más vistos de la plataforma.
Clooney interpreta a un actor consagrado que, tras la muerte de un mentor, emprende un viaje interior. El filme expone cómo la industria moldea identidades: las de los actores y las de quienes los rodean. La película desmonta la idea de brillo constante y señala la soledad, culpa y vacío detrás del éxito. Y es que es una cinta que no solo entretiene, sino que cuestiona el precio real de la fama, lo que pierdes –y lo que finges– cuando te conviertes en estrella.
La película recorre Europa en un road movie existencial. Las locaciones –desde trenes nostálgicos hasta ciudades cumbres de la cultura europea– funcionan como reflejo de la crisis interior del protagonista. Ese contraste entre belleza visual y crisis íntima potencia el impacto.
Clooney entrega probablemente uno de sus papeles más honestos: sin artificios, vulnerable, cuestionando su pasado. Además, el reparto secundario –con Adam Sandler como su manager, y participaciones de Laura Dern y Billy Crudup– añade capas de tensión, amistad, lealtad y decepción.
Jay Kelly plantea preguntas: ¿quién es el ‘yo’ detrás del éxito? ¿Qué estamos dispuestos a sacrificar por la fama? ¿Hasta qué punto la imagen pública borra la identidad propia? Es una película que invita a reflexionar, que golpea con ternura y elegancia y por eso es tan valiosa. No se la pueden perder.