Vamos mejorando. El lustro anterior tuvimos cuatro presidentes. De no mediar mayores inconvenientes, al terminar el presente quinquenio serán apenas tres. Si algo aflora en la cobertura gráfica, es el contraste entre los estilos de Dina Boluarte y José Jerí. La frivolidad y la falta de reacción de un lado, la juventud y la coreografía del otro. En el extranjero se habla del Perú como un nuevo modelo, pero no “el milagro” de antaño, sino el de la extraña conjunción de los presidentes que duran poco más que un ministro, que promedia seis meses con fajín, con una macroeconomía a la que no se le mueve ni una ceja de Julio Velarde, el presidente del BCR que se va por los 20 años. Pero el futuro inmediato es de alta tensión, apuestas electorales y urgencia por recuperar el futuro. El juego (democrático) no puede terminar, como sugirió el outfit de la guapa Antonella Aservi.
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