Cuenta la leyenda que Rumiñahui trasladaba a Cajamarca miles de piezas de oro y plata para cumplir con el rescate de Atahualpa… pero no llegó a tiempo. En el camino supo que el inca fue ajusticiado y decidió hundir el tesoro en las cochas sagradas de la Cordillera de Llanganate, en Ecuador.
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