EL gobernador regional del Callao, Ciro Castillo, no suaviza diagnósticos ni reparte lugar común. Lo que ve en su región es, según sus palabras, “una guerra que antes era no declarada y hoy es una guerra declarada”. Y con la misma claridad asegura que el estado de emergencia vigente no está funcionando como debería. “Los estados de emergencia deben evaluarse cada día”, advierte. “Un estado de emergencia per se no tiene los efectos que esperamos. Está demostrado en Trujillo, en San Juan de Lurigancho y en el mismo Callao: los fallecidos siguen incrementándose. Ya estamos bordeando los 300 muertos, y eso para mí es alarmante”. Castillo reconoce una ligera mejora en la victimización, pero no en la sensación de inseguridad. El problema, afirma, es estructural: “Tenemos un déficit de 1500 policías, así que cualquier mejora no se debe a tener más efectivos. El estado de emergencia por sí solo no da resultados”.
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