El gobierno de Alejandro Toledo fue una gran contradicción, y el primer año marcó el tono del quinquenio. Demócrata, el “Cholo” de Harvard tenía consigo una formidable historia personal, “el error de la estadística”, y no cejó en su objetivo de llegar a Palacio. Sus debilidades le costarían mucho al gobierno, que sin embargo se abrió al mundo, tuvo buenos ministros y comandó el inicio de un período de crecimiento sin precedentes. Pero asomaban incorrecciones y corrupciones, lo que lamentablemente definiría su legado.
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