En la lucha contra la criminalidad organizada los arrepentidos, colaboradores eficaces o delatores premiados han sido determinantes para desentrañar algunas organizaciones, llegar a sus jefes o cabecillas y ponerlos tras las rejas. Especialmente los cárteles de cuello y corbata, enquistados en el poder político de turno con ramificaciones en diversas economías ilegales. Un ejemplo de esta colaboración es el caso de Matilde Pinchi Pinchi, la empresaria de bisutería del Mercado Central que provocó la caída del fujimontesinismo aportando pruebas en por lo menos 18 expedientes judiciales y siendo importante testigo en otros 70.
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