En una sala luminosa, rodeada de pizarras, computadoras y jóvenes recibiendo capacitación, Giannina Honorio alza la mano. El meñique, el índice y el pulgar forman una silueta reconocible. I-L-Y: I love you. Una de las pocas señas que se repiten igual en todos los idiomas de señas del mundo. También, una de las más malinterpretadas. Para ella, es simplemente la seña universal de la inclusión.
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