El precio del oro roza los USD 4200 por onza y con ello el Perú vive un momento inédito en su relación comercial con China, su principal socio económico. A la fuerza de la minería del cobre, tradicional motor de la balanza, se suma ahora un empuje aurífero que multiplica las exportaciones hacia el gigante asiático y dispara el superávit bilateral. No es un fenómeno aislado: responde a la conjunción de factores externos –tensiones geopolíticas, aranceles, volatilidad financiera– y a la reconfiguración global del comercio que coloca a América Latina, y particularmente al Perú, en un rol estratégico.
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