PAPA NO POLARIZA
En su primera entrevista como Pontífice, recogida en el libro León XIV: Ciudadano del mundo, misionero del siglo XXI, el Papa ofreció una definición clara de la sinodalidad: “una actitud, una apertura, una voluntad de entender” a través del diálogo. Reconoció que algunos obispos la ven como una amenaza a su autoridad, pero replicó que no busca restar poder, sino fortalecer la comunión. Subrayó que “no se trata de transformar la Iglesia en un Gobierno democrático”, sino de un método de escucha global que aún tiene mucho por madurar. Consultado sobre la ordenación femenina, descartó cambios inmediatos en la doctrina, aunque mostró disposición a seguir atentos a los estudios sobre diaconisas. Respecto a la pastoral LGBTIQ+, admitió no tener un plan concreto y reconoció que es un tema de mucha polarización. “En este momento de la historia, estoy tratando de no seguir promoviendo la polarización en la Iglesia”, subrayó. Reiteró que la doctrina sobre sexualidad y matrimonio no cambiará en un futuro cercano: la familia, dijo, es un hombre y una mujer unidos en el sacramento. No obstante, insistió en que las personas LGBTIQ+ deben ser “aceptadas y recibidas” en la Iglesia, cuyos sacerdotes escuchan confesiones “de todo tipo de personas”. Con ello, León XIV marcó un delicado equilibrio: apertura al diálogo y acompañamiento pastoral, pero sin alterar la enseñanza tradicional.
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